MORAL o MORDIDA
Jesús Elorza
La sanción aplicada por la FIFA contra el jugador uruguayo Luis Suárez, generó una polémica de alcance mundial. Nadie escapo de la diatriba ocasionada por la medida disciplinaria. Justa o excesiva, fueron los extremos de la discusión.
Sin embargo, llamo la atención, la justicia exprés demostrada por los rectores del fútbol. En menos de 48 horas emitieron el dictamen condenatorio del organismo. Rapidez, no demostrada en los reiterados casos de corrupción que afectan a la FIFA. Particularmente, en los casos que rodearon a la escogencia de la sede para los Campeonatos Mundiales 2018 y 2022 en Moscú y Qatar respectivamente. Luego, de conocerse los resultados de la votación, la Federación de Fútbol de Inglaterra, hizo pública su denuncia sobre la “mordida” o cobro de sobornos realizada por Jack Warner, eterno presidente de la CONCACAF, quien solicitó 4 millones de dólares por su voto a favor de los ingleses. Además, se señala en la denuncia que el corrupto personaje solicito también que le dieran el título de “Sir”.
Esta denuncia, fue seguida por la del periódico británico The Sunday que revelo documentos que dejaban al descubierto a varios dirigentes que participaron en la mordida, con los dientes puestos en la masa: La Confederación de Fútbol de Norte y Centroamérica (CONCACAF) habría recibido 1.3 millones de dólares, la Confederación Asiática 1.7 millones de dólares y la Africana 5 millones por sus votos a favor de Moscú y Qatar como sedes mundialistas.
Frente a esos hechos, la FIFA y en particular su presidente Joseph Blatter, se hicieron los pendejos y miraron hacia otro lado, como si la cosa no fuera con ellos. Pero la reiterada denuncia de los ingleses, hizo eco en el mundo, y a los cómplices de encubrimiento, no les quedo más alternativa que pasar el caso a la Comisión de Ética del organismo rector, en el año 2010.
A partir de allí, Blatter y sus compinches de fechorías han intentado silenciar la investigación, llegando al extremo de proponer el descabezamiento del abogado neoyorquino Michael García de su cargo como presidente de la Comisión que investiga los hechos y de esa manera congelar la presentación del informe final, para no ver perturbada su aspiración re-eleccionista y seguir conduciendo las “negociaciones o mordidas” de la FIFA.
A todo esto, hay que sumarle los escándalos de los “partidos arreglados” por las mordidas de los árbitros o los oscuros negocios de la comercialización de los campeonatos mundiales a través de la empresa “International Sport Leisure ISL” a la que actualmente se le siguen múltiples juicios en los tribunales europeos....mientras tanto, la FIFA sigue actuando con su doble moral.
Como diría Shakespeare, “Moral o Mordida, that is the question”
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