Jesús Elorza
El Burro y su burra, andaban perdidos en su mundo de fantasías, se la pasaban pensando solo en como la estarían pasando sus colegas y amigos que habitaban en Miraflores.
El Búho, con su porte de jurisconsulto, se preguntaba, como iba a hacer para justificar la fusión ministerial sin haber modificado la Ley el Deporte.
Los depredadores, estaban como caimanes en boca de caño, esperando hincarle los dientes y las manos al nuevo presupuesto.
Los Patos y las Patas, seguían embelesados con su jefe y amorosamente, recorrían el salón, con sus respectivos graznidos....Cuac, cuac, cuac.
Los Ratones, se quejaban, porque las Ratas depredadoras, solo les dejaban las migajas del queso presupuestario.
Los Gatos de la Contraloría, se hacían la vista gorda con los roedores. Para saciar, su hambre, se iban con los contratistas a los mejores restaurantes de la ciudad.
La noche del sacudón, el miliciano que custodiaba la sede del Ministerio del Deporte, le dijo a su compañero de guardia, que la reunión en el despacho del ministro, se parecía a lo descrito por el británico George Orwell, en su novela “Rebelión en la granja”
-Échame ese cuento, dijo el otro.
......Bueno, en la granja deportiva, todo era un alboroto. El Potro, en su establo, se paseaba nervioso, de un lado a otro y al escuchar, que lo ratificaron en el cargo, comenzó a relinchar diciendo “Uff, me salve. Viva la revolución”
Las gallinas cacaraqueaban “Nos salvamos, no lo cambiaron....Uh, ah, El Potro no se va”
Los cochinos, contratistas de obras, venta de pasajes y alimentación se regodeaban en su lodazal...comentando, con una amplia sonrisa que el guiso continua.
La vaca, no ocultaba su preocupación. Ahora, tenía que administrar dos presupuestos (Juventud y Deporte) y su maltrecha ubre, no tenía más tetas, para alimentar a los nuevos chupópteros....bueno, que se arreglen como puedan, se dijo así misma para consolarse.El Burro y su burra, andaban perdidos en su mundo de fantasías, se la pasaban pensando solo en como la estarían pasando sus colegas y amigos que habitaban en Miraflores.
El Búho, con su porte de jurisconsulto, se preguntaba, como iba a hacer para justificar la fusión ministerial sin haber modificado la Ley el Deporte.
Los depredadores, estaban como caimanes en boca de caño, esperando hincarle los dientes y las manos al nuevo presupuesto.
Los Patos y las Patas, seguían embelesados con su jefe y amorosamente, recorrían el salón, con sus respectivos graznidos....Cuac, cuac, cuac.
Los Ratones, se quejaban, porque las Ratas depredadoras, solo les dejaban las migajas del queso presupuestario.
Los Gatos de la Contraloría, se hacían la vista gorda con los roedores. Para saciar, su hambre, se iban con los contratistas a los mejores restaurantes de la ciudad.
Las Palomas mensajeras, perdieron el sentido de la orientación, porque su jefe, encargado de la Promoción Deportiva por La Paz y La Vida, solo asistía a los actos de los grupos armados y paramilitares para promover la guerra revolucionaria.
Los Corre-caminos, en sus carros fórmula 1 y sus motos, se hacían inalcanzables para los organismos judiciales encargados de averiguar la estafa con los dólares preferenciales otorgados por Cadivi.
La Sanguijuelas Olimpicas, no encontraban acomodo, rumiaban su arrechera, porque uno de ellos no fue nombrado ministro....No importa, concentremonos en nuestra teta olimpica, vendran tiempos mejores, se dijieron entre si. Pero, el malestar era evidente y no quisieron quedarse para la celebracion del ratificado ministro.....Tanto que jalamos y nos dejaron colgado de la brocha.
Mientras tanto, en las afueras del recinto, donde se celebraba el ágape ministerial, un hormiguero de atletas y dirigentes veían pasivamente como se dilapidaban los recursos económicos del deporte.
Carajo camarada, que novela tan buena, la descripción que hace de la realidad deportiva es excelente...Mejor es un abuso, dijo el miliciano. Pero, tengo una inquietud sobre cómo termina esta historia.
-Bueno, en la realidad no ha terminado, la corrupción continúa....pero en la novela, una rebelión contra el abuso dictatorial, debería marcar el final. No me queda la menor duda, que así será también en esta historia real del deporte.
-Que así sea, amigo, esto es insostenible e intolerable.
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