miércoles, 21 de marzo de 2012

   
    TORO PINTADO                                                                       
       Jesús Elorza
 Manolete Briceño y José Tomas Gallardo, dos amigos taurinos de pura cepa, se encontraron en los pasillos de un centro comercial en Maracay. Ambos estaban sorprendidos por las figuras que eran exhibidas en el local. Toros pintados, que la alcaldía había colocado como homenaje a la tradición por la Fiesta Brava del pueblo aragüeño.
Manolete, asombrado, manifestaba no comprender la intención del alcalde, al colocar la figura del toro bravo, totalmente distorsionada. La bravura del toro, queda en entredicho con esos colores psicodélicos con los que fueron pintados. ¡Parecen reses en un baile de comparsas! Esas figuras son dignas del Carnaval de Río; pero, jamás son representativas del toro de lidia.
José Tomas, movía constantemente su cabeza, asintiendo en todo lo dicho por su viejo amigo. Comentó seguidamente, que si los motivos eran resaltar a la tauromaquia han debido exponer las pinturas de Arturo Michelena o las figuras de Botero, que aun con sus desproporcionadas formas, siempre recogen el sentir del toreo. Goya o Picasso también habían podido ayudar en la intención de destacar la relación del toro con el arte. Pero, este carnaval de colores solo representa una mala copia del arte suizo en homenaje a sus vacas lecheras.
Manolo, yo creo que este alcalde no tiene ni la mas minima idea de lo que es la Fiesta Brava y cuidado si ahora pretende pintar a los toros antes de la lidia para que se vean mas bonitos.
No solo eso, hicieron un cambio de tercio, al mezclar el arte con la ideología y a los toros les pintaron la cara de Bolívar sobre un fondo rojo-rojito. No me sorprendería que también les coloquen una boina.
Mira José Tomas, a mi me comentaron que en la alcaldía estaban elaborando una nueva ordenanza para las corridas, en la cual se contempla que la ejecución del tercio de muerte, se hará, obligatoriamente con una replica de la espada de Bolívar y el pasodoble será sustituido por danzones cubanos. Los premios a los toreros dejaran de ser orejas y rabos. El máximo galardón a otorgar será el Libro Rojo de la revolución. El indulto solo será concedido por el Presidente de la Republica siempre y cuando no sea un toro escuálido y su petición solo se podrá hacer con pañuelos de color rojo.
Bueno amigo, finalizo Manolete, no soy muy ducho en cuestiones políticas, pero, en lo que a arte se refiere, esos toros  parecen sacados de una fiesta hippie de los años sesenta y el arco iris de colores con los que fueron pintados, parecen inspirados en LSD (acido lisérgico). Ahora la fiesta será de colores y no brava. El primer tercio será el desfile de los astados. En el  segundo tercio, se premiara al toro al que mejor le luzcan como zarcillos, las banderillas puestas. En el último tercio se consultará con el pueblo mesmo, si se procede a matarlo o a indultarlo. La votación será determinada por el número de rosas lanzadas al ruedo.
Sorpresivamente, el Toro de Las Delicias se bajó de su pedestal y con pasos firmes se dirigió a la Maestranza, para unirse a César y bramarle al mundo “No somos Arlequines, somos Toros de Lidia”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario