sábado, 21 de abril de 2012

EL VIEJO GERMAN
Jesús Elorza
                                                            
En la segunda mitad de la década de los años sesenta un grupo de jóvenes que promediaban una edad de 20 años comenzamos nuestros estudios en el Departamento de Educación Física del Instituto Pedagógico de Caracas. En sus aulas nos llamo poderosamente la atención la presencia de un personaje que nos duplicaba en edad y que compartía simultáneamente el rol de docente y alumno de la especialidad.
Cariñosamente, era llamado por todos nosotros “El viejo German” Nunca llegó a molestarse por ello, por el contrario, sin decirlo, asumía con todos sus alumnos el carácter paternalista de un orientador.
Su experiencia como destacado atleta de figuración nacional e internacional lo llevo a desempeñarse como preparador físico e instructor de atletismo, gimnasia y baloncesto en el Pedagógico de Caracas y paralelamente inicio sus estudios superiores en el año 1965 en la misma casa de estudio donde laboraba.
Desde muy joven tuvo una inclinación por las actividades deportivas. Con el correr de los años fue moldeando su recio carácter y personalidad que lo presentaba como un hombre competitivo y luchador por alcanzar cada vez mayores logros en su cotidiano desempeño. Llegó a ostentar el Record Nacional de Salto Alto (1947-1951), representando al Distrito Federal fue declarado como Jugador Mas Valioso por el Circulo de Periodistas Deportivos en el Campeonato Nacional de Baloncesto en 1948, representó al país en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Barranquilla (1946), México (1954), Caracas (1959) en este evento logro la medalla de oro en la prueba de Barra Fija y Potro con Arzones. También estuvo presente en los Juegos Bolivarianos celebrados en Perú (1947) y en los Panamericanos de Argentina en 1951.
Sus clases en el Pedagógico siempre se caracterizaron por ser un entrenamiento físico de alta intensidad. Su filosofía, la resumía en la frase “Entrenamiento sin dolor, no es entrenamiento” y cuando la piel de las manos en las sesiones de gimnasia eran despellejadas por el continuo roce con la barra fija, sus palabras de aliento eran “Continúen, no se detengan que eso se cura rápido”.
German Garrido con su ejemplo nos enseño a todos que las metas se alcanzaban con la rigurosidad de un entrenamiento, que nada nos iba a llegar sin un verdadero y sostenido esfuerzo y lo más resaltante era que acompañaba a sus palabras con la acción personal.
En 1969 culminó sus estudios y obtuvo el titulo de Profesor de Educación Física, demás esta señalar que fue uno de los actos más emotivos para todos aquellos que compartimos sus enseñanzas y amistad durante muchos años.
Hoy su cuerpo físico ha muerto, pero su ejemplo de lucha por un deporte mejor permanece intacto en la conciencia y el corazón de quienes lo conocimos. Su legado reposa en El Salón de la Fama del Deporte Venezolano.
PAZ A SUS RESTOS.

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