TUTANKAMÓN BOLIVARIANO
Jesús Elorza
En la última reunión del colectivo revolucionario “La Piedrita ” las caras largas y de preocupación eran lo más resaltante en el salón de asambleas. La salud de su Líder Único Comandante Chávez, tenía a todos los milicianos en un estado de zozobra y los crecientes rumores estaban haciendo estragos entre ellos.
No puede ser, que mi comandante este al borde de la muerte por hacerse una liposucción, dijo uno. Ha debido hacerse la cirugía de la verruga, aquí en el país, dijo otro. Si le dolía la rodilla, como es que ahora nos dicen que tiene un absceso pélvico, preguntaron todos.
Tratando de imponer la calma, el jefe del grupo, que tenia una barba inmensa que le daba un cierto aire de arqueólogo, pidió la atención de todos, para tratar de explicar todo lo relativo a la enfermedad del máximo líder de la revolución.
Encendiendo su pipa y largando sendas bocanadas de humo, hizo más patético su seudo rol de investigador. En tono señorial, comenzó a disertar sobre las Pirámides de Egipto y los faraones en ellas sepultados. Todos en la sala, se preguntaban ¿que mosquito le habrá picado a este loco? Pero, sin darles tiempo a que hicieran preguntas, continuo con su tesis y señalo que: el imperio ingles en asociación con los norteamericanos ¡había trasladado la Maldición de Tutankamón al cuerpo de nuestro querido y amado líder eterno!
La maldición del faraón, es la creencia de que sobre cualquier persona que moleste a la momia de un faraón del Antiguo Egipto cae una maldición por la que morirá en poco tiempo. En marzo de 1923, cuatro meses después de abrir la tumba, Lord Carnarvon fue picado por un mosquito y poco después se cortó la picadura mientras se afeitaba. En unos días enfermaba gravemente y fue trasladado a El Cairo. Aunque los médicos pudieron detenerle la infección que había empezado a extenderse por el cuerpo, una neumonía lo atacó mortalmente y murió la noche del 4 de abril. Se cuenta que a la misma hora de la muerte, su perro aulló y cayó fulminado en Londres. Además, cuando Lord Carnarvon murió, en el Cairo hubo un gran apagón que dejo a oscuras la ciudad
A la muerte de Lord Carnarvon siguieron varias más. Su hermano Audrey Herbert, que estuvo presente en la apertura de la cámara real, murió inexplicablemente en cuanto volvió a Londres. Arthur Mace, el hombre que dio el último golpe al muro, para entrar en la cámara real, murió en El Cairo poco después, sin ninguna explicación médica. Sir Douglas Reid, que radiografió la momia de Tutankamon, enfermó y volvió a Suiza donde murió dos meses después. La secretaria de Carter murió de un ataque al corazón, y su padre se suicidó al enterarse de la noticia. Y un profesor canadiense que estudió la tumba con Carter murió de un ataque cerebral al volver a El Cairo.
Ahora, descaradamente los ingleses y norteamericanos aliados con las fuerzas contrarrevolucionarias y oligarcas que propiciaron el golpe de estado contra nuestro aliado Hosni Mubarak, encontraron la formula para que la maldición de los faraones abandone a Inglaterra y se concentre en Venezuela y sus lideres revolucionarios. Tutankamón ahora es el líder de la contrarrevolución.
Para hacer esto posible, manipularon el acto soberano de nuestro comandante al ordenar exhumar los restos de Bolívar para demostrar esotéricamente su asesinato y lo transformaron en una profanación de su tumba, logrando de esa manera que los espíritus de los faraones fijaran sus deseos de venganza en nuestro suelo patrio.
El apagón que hubo en el Cairo a raíz de la muerte de Lord Carnarvon, ahora se hizo permanente en Venezuela. Al igual que en Egipto, muchos de los camaradas que participaron de la idea de exhumar los restos del Libertador hoy están muertos: Tascón, Muller, Lara, García Ponce, Ceballos, Lina Ron y Russian.
Ahora van por nuestro máximo líder, llenándole su cuerpo con bacterias patógenas; dijo lloroso el barbudo jefe del grupo paramilitar. Para tranquilidad de todos, debo decirles que los babalaos cubanos trabajan a tiempo completo para conjurar esta maldición.
Los comentarios al final de la reunión, no se hicieron esperar y todos coincidieron en señalar que el “Egiptólogo” de su jefe, estaba equivocado, la maldición no es del faraón, es del propio Bolívar que anda arrecho al igual que todos los venezolanos por el deterioro del país, la inseguridad, el desempleo, la inflación, la falta de viviendas, el cerco presupuestario a las universidades y la crisis de la salud. Ni Bambarito salva a esta falsa revolución. No olvidemos que uno de los pensamientos del Libertador expresa que:
“Todo aquel que profane mi tumba, tendrá años de sufrimiento y sus seguidores morirán en lote”
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