BOINA Ó GORRA
Jesús Elorza
Al llegar al sitio de concentración de los actos de conmemoración del 4-F sentí que me equivoque de lugar. Al no conocer las calles y avenidas de Caracas pensé que había aterrizado en un acto de la oposición. El nerviosismo se apoderó de mi cuando vi que la tarima central estaba llena de gente con una gorra tricolor. La angustia de sentirme como cucaracha en baile de gallina afectó mi percepción de la realidad. Creí ver a Julio Borges y en realidad era el camarada –tenientico Diosdado quien lucia muy orondo su cachucha tricolor.
Luego visualice a María Corina de lo más cuchi con su gorrita. Pero se notaba mal vestida, flaca y sin glamour. Claro, era Cilia. Una persona afrodescendiente de intenso color se atravesó en mi campo visual y de inmediato pensé en La Negra Isaura , pero al verla más delgada y con movimientos varoniles, caí en cuenta que se trataba de Aristóbulo. ¡Dios mío! O mejor dicho ¡Chávez mío!... ¿Que esta pasando? Me pregunté.
En ese instante anunciaron al orador central del acto nada más y nada menos que el vicepresidente-presidente sucesor monárquico de la revolución el camarada Nicolás. Pero, al verlo también con su gorrita y chaqueta tricolor llegue a pensar que era Capriles que se había dejado crecer el bigote y con la ayuda de esteroides había logrado aumentar su peso. Nada que ver, era Nicolás, la tranquilidad volvió a reinar en mi cuerpo. Sus palabras, me explicaron el por que del nuevo símbolo. La Bandera Nacional es nuestra, es revolucionaria socialista y nunca será golpista. De ahora en adelante es y será por siempre nuestro emblema. Nuestro Líder Único os manda a decir en carta de su puño y letra con firma electrónica incluida que es obligatorio para todos los militantes de la revolución usar este nuevo distintivo las veinte y cuatro horas del día y no quitárselo hasta su regreso al país.
Al escuchar sus orientadoras palabras de inmediato busque en mi Kit la bendita gorra y solo conseguí una boina y la eterna cachucha rojita que durante catorce años me ha acompañado a todos los actos del partido. Para no quedar como un disociador de inmediato le compré una a un buhonero que después del discurso, en clara gestión capitalista elevó su precio en 1000% Mucha demanda y poca oferta fue su explicación mientras atendía a una larga cola de compradores. Estaba rematando las que se le quedaron frías del 7-O.
Terminado el acto, el reguero de “gloriosas” boinas tiradas en el piso era impresionante.
De regreso a mi Estado en las unidades de transporte, ahora llamadas Autobuses del Progreso, comprendí que los dirigentes de mi partido son unos “revolucionarios imitadores” Primero se copiaron de los cubanos el modelo autoritario y ahora se copian los símbolos de la oposición. Que falta de originalidad.
En ese momento, un miliciano me pregunta ¿Tenemos que bañarnos y dormir con la gorra? Si, esa es la orden, le respondí….se volvieron locos, dijo el amigo, mientras buscaba acomodo para dormir con su símbolo en la cabeza.
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