TARJETA ROJA

Jesús Elorza

                                                                                  

En la fiesta de fin de año, el Ministro del Deporte celebraba alegremente con su personal de confianza, cuando fue notificado de la cadena nacional que en ese momento estaba dando el Comandante Presidente. Extrañado de que no lo hubiesen convocado para la misma el ministro preguntó cual era el tema que estaba tratando el Presidente.

La secretaria, le informó, que era algo relativo a las condolencias enviadas a La Republica Popular y Democrática de Corea del Norte (RPDA) por la muerte repentina del camarada Kim Jong IL.

¿Y quien es ese señor? pregunto desconcertado el ministro. Nada más y nada menos que el “Querido Líder” de la RPDA, respondió la eficiente secretaria. Esta bien, pero ¿que hacia ese chino? volvió a preguntar la máxima autoridad deportiva. 

Chino no, coreano, le corrigió su funcionaria. Es o mejor dicho era el Presidente de la Republica.  Seguidamente, el ministro pensó en hacer algo grande para ganarse la indulgencia de su Comandante en Jefe. A ese chino, perdón coreano, le gustaba el deporte, preguntó a sus asesores. Si, dijo uno de ellos, era amante del futbol. Siempre se le veía en los estadios aupando a su selección nacional.

Listo, ya se lo que vamos a hacer. Llamen al Presidente de la Federación de Futbol Venezolana para ordenarle que en el próximo partido de la selección vinotinto se guarde un minuto de silencio por la muerte de nuestro Querido Líder. Además, que el próximo torneo de futbol profesional se haga en su nombre.

Pero ministro, usted ignora que durante la dinastía de los Kim en la RPDA, uno de los deportes que ha sido duramente castigado, ha sido el futbol. No olvide que:

La primera gran revelación en la historia de los Mundiales, fue este país asiático. En Inglaterra 1966, los norcoreanos sorprendieron al derrotar a Italia 1 x O. Convirtiendose en la primera selección no americana o europea en ganar un partido de este torneo; el mundo se entusiasmaba con un equipo disciplinado tácticamente y físicamente sólido. Posteriormente, en cuartos de final, tenían al poderoso Portugal 3-0 abajo en el marcador, pero los lusitanos remontaron con cuatro anotaciones de Eusebio y terminó la agradable historia.
A su regreso a Pyongyang, los jugadores no fueron aclamados por eufóricos aficionados, sino todo lo contrario. El dictador Kim IL-Sung (padre del recién fallecido Kim Jong IL, ordenó que el plantel fuera reeducado mentalmente en los campos de concentración. Explicaba el “Presidente Eterno”, que la derrota era atribuible a no ser “Buenos comunistas” Por lo tanto,  tenían que ser torturados y efectuar trabajos pesados hasta entender el verdadero sentido del comunismo.

No importa, nosotros vamos a homenajear al hijo, no al padre, expreso el ministro tratando de tapar su ignorancia en la materia deportiva. No insista, continúo diciendo el asesor, Kim Jong IL dio continuidad a la dictadura de su predecesor y también humilló, castigó y torturó a los jugadores de la selección coreana que participo en el mundial de Sudáfrica 2010.

Kim Jong-IL, tenía grandes esperanzas en el combinado nacional de su país en su primera clasificación mundialista desde 1966 pese a la entidad de los rivales del conjunto dirigido por Kim Jong-Hun: Brasil, Portugal y Costa de Marfil.

No obstante, la selección norcoreana fue vapuleada en la primera fase, lo que decepcionó y enfureció al dictador del país, hasta tal punto que condenó a los jugadores a un escarnio público sin precedentes.

Los jugadores fueron obligados a permanecer de pie durante más de seis horas aguantando los insultos y agresiones de 400 oficiales, estudiantes y periodistas en el Palacio de Cultura en Pyongyang, la capital del país.

El Entrenador Kim Jong-Hun fue suspendido de militancia del Partido de los Trabajadores de Corea y condenado a trabajos forzados.

Todos los países democráticos del mundo le sacaron la Tarjeta Roja a la monarquía dictatorial de la RPDA. Bueno vale, yo estoy con mi Comandante Presidente y si el apoya al camarada Kim, yo también. En solidaridad lo voy a nombrar Presidente Honorario Eterno de los Juegos Nacionales Deportivos de Venezuela, terminó diciendo el ignorante ministro.