Jsús Elorza
Dando rienda suelta a su nuevo trastorno/compulsivo por el oro. El Comandante Presidente convocó a una reunión de emergencia y secreta como todos sus actos, al representante de la Rusoro Mining Ltd, al recién nombrado presidente de Minerven y al delegado de los pequeños mineros que conforman la Comuna de Oro del Estado Bolívar.
Los he llamado, para informarles sin derecho a discusión, que por medio de la Ley Habilitante , voy a nacionalizar la exploración y explotación de los recursos auríferos. No me sigo calando a los imperialistas que a diario nos roban nuestras riquezas naturales. Precisó que en la zona sur del río Orinoco existe “una de las reservas de oro
más grandes del mundo. Vamos a nacionalizar el oro y convertirlo en reservas internacionales, porque el sigue incrementando su valor”.
Los enemigos de mi revolución, no descansan en su afán de derrocarme y para ello organizan grupos contrarrevolucionarios. Tal es el caso, de Las Nuevas Tribus, ubicadas en la Región del Sur de Venezuela, región ésta, estratégicamente hablando, donde se encuentran las mayores reservas acuíferas y mineras. Cuentan con la mayor logística, muy superior a cualquier cuerpo de seguridad del Estado. Sus instalaciones o campamentos están perfectamente construidos, con laboratorios de tecnología de punta y transmisores de alto alcance para comunicarse con la mayor potencia genocida, terrorista, guerrerista e invasora del mundo, el país del norte, igual poseen pistas de aterrizaje para aviones que no necesitan contar con pistas de grandes magnitudes para aterrizar o despegar, “siempre de manera clandestina”.
Una vez puesta en vigencia esta nueva Ley y con el apoyo irrestricto de nuestras gloriosas, revolucionarias y socialistas Fuerzas Armadas vamos a acabar con esta explotación imperialista y contrarrevolucionaria.
En este momento, el representante de la compañía ruso-canadiense “RUSORO” intentó tomar la palabra; pero, de inmediato fue cortado por el Presidente quien casi gritando le dijo: Camarada y amigo, los rusos en particular no tienen ningún problema, ya les demostré mi subordinación a sus intereses económicos y comerciales, al depositar en sus bancos nuestras reservas internacionales. Tengan la seguridad que la nacionalización no afectara sus ingresos. Pueden seguir financiando a los pequeños mineros para luego comprarle o quitarle su producción a precios de gallina flaca. El gobierno mirará para otro lado, como lo hemos hecho hasta ahora. En materia de contrabando y extracción ilegal, si se hace necesario un trabajo conjunto con nuestra revolucionaria Fuerza Armada.
El jefe de Rusoro, se sintió halagado y protegido en su negocio. Quizás influido por los vapores etílicos de la vodka o por lo suculento de las ganancias que se derivarían de la nueva Ley, manifestó en alta voz “Tovarich, sin que me quede nada por dentro, déjeme decirle, que Ud representa la encarnación de la leyenda del “Hombre Dorado” que sirvió para derrotar a los imperios ingleses y españoles en America. El nuevo dorado, no es el oro, es Ud. camarada Comandante”.
Después de esa jalada, el hombre de Minerven, intervino para señalar que en su empresa los conflictos laborales continuaban, por que no habian recursos para atender los justos reclamos de los trabajadores. Eso enfureció al Líder único y ahora Dorado quien fuera de sus cabales, le ordenó que despidiera a los trabajadores que continuaran reclamando reivindicaciones laborales. En el nuevo socialismo, los trabajadores no reclaman. Allí, esta el ejemplo de los trabajadores chinos.
El delegado de la Comuna de Oro, ante las fascistoides expresiones de su Comandante Presidente, optó por solo señalar que la Ley sería muy buena, si permite mantener la extracción de los pequeños productores mediante el uso incontrolado del mercurio.
Ya ordené, la importación de mercurio para tales fines y los hermanos iraníes, nos van a proveer de la cantidad ilimitada que le solicitemos, dijo para finalizar la reunión el Dorado Presidente.
Rumbo a Cuba, para su dosis permanente de quimioterapia e ideologización con Fidel, el presidente se detuvo a pensar “si soy el nuevo Midas, puedo tocarme mi coco pelao, y seguro los pelos me crecerán amarillos. Seré, para todos el “Bachaco Dorado”.
Los milicianos que lo protegían, comentaron en voz baja y con la risa contenida, que lo correcto sería llamarlo "Bachaco Culón" por lo gordo de su figura.
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