La ilusión de las 7T
Jesús Elorza
El programa
gubernamental de las 7T (Siete Transformaciones), presentado por el régimen
de Maduro, es la hoja de ruta para la gestión en Venezuela durante el período
2025-2031. Se propone abordar los principales desafíos del país a través de
siete ejes fundamentales: Modernización económica, Independencia plena, Paz,
seguridad e integridad territorial, Social, Política, Ecológica y Geopolítica.
Aunque se presentan las líneas generales del programa, muchos de los objetivos
carecen de una hoja de ruta detallada, indicadores de éxito claros y
cronogramas concretos. Esto dificulta la rendición de cuentas y la evaluación
de su progreso. Históricamente, programas similares han sido presentados con
grandes expectativas, pero su implementación ha enfrentado serias deficiencias
en la práctica. La confianza en la capacidad de ejecución del régimen es baja
para amplios sectores de la población.  A
pesar de la reiterada mención del "Poder Popular", existe una crítica
recurrente sobre la excesiva centralización del poder y la falta de espacios
reales para la autonomía y la participación efectiva de la sociedad civil
organizada más allá de los canales establecidos por el gobierno.
Al hablar de las
"ilusiones" del programa gubernamental de las 7T en Venezuela, se
hace referencia a las expectativas y esperanzas que el régimen y sus simpatizantes
proyectan sobre su implementación, contrastándolas con las dudas y el
escepticismo que surgen de la realidad socioeconómica y política del país, así
como de la experiencia de programas anteriores.
Estas
"ilusiones" pueden ser interpretadas de varias maneras:
- La Ilusión de la Diversificación
     Económica Rápida:
- Lo que se proyecta:
      La "T" de Modernización Económica busca ir "más allá del
      petróleo" y diversificar la producción, impulsando las PyMEs, el
      turismo, la agricultura, etc. La ilusión es que esto se logrará en un
      corto o mediano plazo.
- La realidad/crítica:
      A pesar de décadas de discursos sobre la diversificación, Venezuela sigue
      siendo altamente petro-dependiente. La infraestructura productiva está
      deteriorada, el financiamiento es escaso, la inseguridad jurídica
      persiste y las sanciones complican la atracción de inversión. La
      burocracia y la falta de estímulos reales para el sector privado son
      obstáculos históricos.
- La Ilusión de la Soberanía Plena y
     Tecnológica:
- Lo que se proyecta:
      Se habla de lograr soberanía tecnológica, un gobierno digital y una
      independencia plena en diversas áreas.
- La realidad/crítica:
      La brecha tecnológica de Venezuela es considerable. La infraestructura de
      internet y comunicaciones es deficiente, el acceso a la tecnología es
      limitado para gran parte de la población y la inversión en I+D es mínima.
      Lograr una soberanía tecnológica real en un contexto de escasez de
      recursos y fuga de talentos es un desafío monumental.
- La Ilusión de la Plena Paz y
     Seguridad:
- Lo que se proyecta:
      Se busca una "Paz, seguridad e integridad territorial" que
      aborde el crimen, el narcotráfico y las amenazas externas.
- La realidad/crítica:
      Venezuela enfrenta altos índices de criminalidad, presencia de grupos
      irregulares y desafíos en el control territorial. La eficacia de las
      políticas de seguridad ha sido cuestionada, y la percepción de
      inseguridad sigue siendo elevada.
- La Ilusión de la Renovación Social
     Profunda:
- Lo que se proyecta:
      Renovación de los sistemas de salud y educación, y atención a la infraestructura
      social.
- La realidad/crítica:
      Los sistemas de salud y educación pública han sufrido un deterioro severo
      en las últimas décadas, con escasez de personal, insumos, infraestructura
      y recursos. La magnitud del colapso hace que una "renovación"
      ambiciosa sea vista con escepticismo sin una inversión masiva y un cambio
      profundo en la gestión.
- La Ilusión de la Transformación
     Política con "Poder Popular":
- Lo que se proyecta:
      Fortalecer la democracia directa y el "Poder Popular", con
      menos burocracia y más acción.
- La realidad/crítica:
      A pesar de la retórica, muchos críticos señalan una creciente
      centralización del poder, debilitamiento de las instituciones
      democráticas y cooptación de los espacios de participación ciudadana por
      parte del partido gobernante. La "democracia directa" a menudo
      se percibe como una herramienta para legitimar decisiones
      preestablecidas, más que para una participación genuina y vinculante.
- La Ilusión de la Gestión Eficiente y
     Transparente:
- Lo que se proyecta:
      El programa insinúa una mejora en la gestión pública y la rendición de
      cuentas para lograr sus objetivos.
- La realidad/crítica:
      La corrupción sistémica y la falta de transparencia son problemas
      crónicos en Venezuela, reconocidos incluso por instancias
      internacionales. La fe en la capacidad del gobierno para erradicar estos
      males y garantizar una gestión eficiente de los vastos recursos
      necesarios para las 7T es baja en amplios sectores.
- La Ilusión de la "Nueva
     Era" sin Cambios Fundamentales:
- Lo que se proyecta:
      Las 7T se presentan como un plan para una "nueva era" de
      prosperidad y desarrollo.
- La realidad/crítica:
      Para muchos, el programa carece de los cambios estructurales, políticos y
      económicos que se consideran necesarios para salir de la crisis. Se
      percibe más como una continuidad de las políticas existentes con un nuevo
      nombre y una retórica ambiciosa, sin abordar las causas profundas de los
      problemas.
En síntesis, las
"ilusiones" del programa de las 7T residen en la desconexión
percibida entre los ambiciosos objetivos planteados y la capacidad real del
régimen para ejecutarlos en el contexto actual, sumado a la experiencia
acumulada de promesas y planes anteriores que no lograron revertir la profunda
crisis venezolana. Para que estas ilusiones se conviertan en realidad y no
se queden en “puro bla-bla”, se requeriría una profunda transformación no solo
de las políticas, sino también de la institucionalidad, la gobernanza y la
confianza en el país.
 
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