08 de Mayo
"Día
Nacional del Entrenador Deportivo”
XLIII
Aniversario 1975-2018
Jesús Elorza
Durante la primera semana del mes de mayo en
1975, la Huelga
de los Entrenadores, marcó un hito en la historia deportiva no solamente
nacional sino internacional porque era la primera manifestación, de ese tipo,
que se daba en el sector de los trabajadores del deporte a nivel mundial.
Además,
debemos destacar que la referida acción, en procura de reivindicaciones
laborales contó con el apoyo solidario de las distintas organizaciones
gremiales y sindicales que hacían vida en la Venezuela de ese
momento, así como también la de padres, representantes, atletas y
docentes de todo el territorio nacional.
Es
loable mencionar en este momento la presencia de Isaac Olivera como presidente
de la Federación
Venezolana de Maestros, los periodistas deportivos que unidos
todos en su organización gremial Colegio Nacional de Periodistas, Círculo de
Periodistas Deportivos y el Sindicato de Trabajadores de la Prensa brindaron un apoyo
irrestricto a la huelga de los entrenadores, así como las distintas
organizaciones gremiales y sindicales de los distintos sectores laborales del
país representados por la Confederación Venezolana de Trabajadores C.T.V.
El 8 de mayo quedó establecido oficialmente
como el “Día del Entrenador Deportivo” en reconocimiento a la gesta que se había
librado durante toda esa semana y en esa fecha alcanzó la solución a las
demandas laborales requeridas por los entrenadores en ese momento.
Los
logros gremiales alcanzados quedaron plasmados en el contrato colectivo
denominado “Las Bases Normativas”. Las cláusulas de importancia
contenidas en ese documento laboral fueron múltiples y variadas. En primer
lugar, el reconocimiento del derecho a de los entrenadores a tener una
contratación colectiva con el patrón Instituto Nacional de Deportes, la
indexación salarial en base a los índices inflacionarios que mostrara el Banco
Central de Venezuela, es decir, anualmente el salario de los trabajadores del
instituto se iba a mover de acuerdo a las escalas inflacionarias señaladas por
el mencionado banco, pasando esta cláusula a ser un punto de referencia
obligatorio en los contratos colectivos de Venezuela.
También
se contempla la clasificación del personal, en unas escalas previamente
señaladas, en un Manual de Clasificación de Cargos de los Entrenadores
Deportivos que se desempeñan en la Administración Pública
Nacional. Este manual es un elemento de vital importancia porque le dio
jerarquía a este sector laboral con una fisonomía propia dentro de la
administración pública venezolana.
La
seguridad social de los trabajadores se vio fortalecida con el establecimiento
de los seguros HCM, el establecimiento de las cajas de ahorro con el aporte del
10% y el aporte patronal del 10%, la denominación del salario integral de los
trabajadores, el establecimiento de comisiones bipartitas y tripartitas para
conocer el caso de los despidos que se presentara en el Instituto Nacional de
Deportes
Pero, no
todo fue una ganancia para el gremio, el gobierno nacional en una clara
conducta retaliativa ordenó el cierre de la Escuela Nacional
de Entrenadores Deportivos alegando que en ese centro de formación de docentes
deportivos se estaban formando los guerrilleros del deporte venezolano,
provocando con esa descabellada acción, el desequilibrio entre la oferta y la
demanda de los entrenadores requeridos por el país. Todos los programas
sustitutivos, tales como Monitores Deportivos y el Bachillerato Deportivo
no pasaron de ser falsas ilusiones y de una efímera duración.
A 43
años de esa gesta gremial, los problemas laborales que dieron origen a la
huelga, lejos de resolverse, se han agravado: Los entrenadores venezolanos han
sido sustituidos por 10.000 “entrenadores” cubanos, la seguridad social de los
trabajadores ha empeorado, los contratos colectivos están congelados desde el
año 2000, no se les reconoce la homologación de las pensiones a los
trabajadores jubilados, se mantiene cerrada la Escuela de Entrenadores,
los seguros HCM son manejados unilateralmente por el patrón, los manuales
clasificadores de cargos no son aplicados y los pasivos laborales duermen el
sueño del burócrata, en la larga espera de su cancelación.
Una de
las más importantes características de los diecinueve años del gobierno
“Revolucionario del Siglo XXI” es, sin lugar a dudas, el elevado nivel de
corrupción. Esa grave desviación de la ética pública tuvo su origen en el
inmenso desorden administrativo que se impuso en dicho gobierno por expresa
voluntad del presidente de la
República y líder fundamental de la mal llamada Revolución
Bolivariana. Desde su propio inicio, se observó que existía un marcado interés
en destruir todos los elementos de control que exigen obligatoriamente las
Finanzas Públicas, para de esa manera lograr comprometer a los funcionarios
públicos, por encima de la lealtad normal que debe existir con un
gobierno, y al mismo tiempo permitir que los dineros públicos se manejaran, sin
ningún control, para poder ser utilizados con absoluta libertad por el
régimen en sus objetivos políticos.
En el
sector deportivo, quienes han pasado por los cargos administrativos: Ministerio
del Deporte y Presidencia del Instituto Nacional de Deporte han implantado y
desarrollado una política que bien podemos caracterizarla como “el saqueo de
los recursos presupuestarios”. Diferentes encargados de los puestos
burocráticos, han permitido en sus gestiones que los dineros del deporte hayan
sido malversados o apropiados indebidamente a favor de una minoría corrupta.
Bajo sus
mandatos como gerentes de gobierno permitieron, de la manera más descarada, la
firma de un leonino convenio con Cuba para la traída de 10.000 “entrenadores”
al país, que solo ha servido como una fuente inagotable de entrega de divisas
al régimen dictatorial de los hermanos Castro, acentuándose el trato
discriminatorio a los entrenadores deportivos nacionales activos, pensionados y
jubilados al desconocerles su derecho a la homologación salarial y a la
aplicación de las normas establecidas en su contratación colectiva, dado que
los cubanos son remunerados dólares y los entrenadores criollos en bolívares cada
vez más devaluados.
La
eliminación de los procesos de licitaciones para dar paso a la asignación
directa de contratos por servicios de alojamiento, alimentación, dotación de
uniformes y transporte. Igualmente, vieron en la asignación de contratos para
la construcción y reparación de las instalaciones deportivas una de las
principales fuentes de enriquecimiento ilícito. Ejemplo de ello, entre otros,
lo constituyen los Juegos Deportivos Nacionales, el Estadio Iberoamericano de
Maracay, el Estadio de Softbol en Fuerte Tiuna y los Estadios construidos para la Copa América de
Fútbol.
Al mejor
estilo de la mafia siciliana o la “Cosa Nostra”, transformaron el proceso
de tramitación de divisas a Cadivi, en un mecanismo de estafa con la
falsificación de expedientes y el cobro de peajes a los dirigentes deportivos
para acelerar la entrega de recursos.
No
podían, estos corruptos gerentes, dejar por fuera la compra de conciencias o
silencios cómplices, y para ello, como unos Antonini Wilson cualesquiera
implementaron los “maletinazos” cargados de dólares para tales operaciones en
el marco de los eventos internacionales.
Establecieron
una política de persecución y cerco presupuestario contra las federaciones
deportivas, con la finalidad de silenciar cualquier intento de protesta o
reclamo. Además, mantienen en el limbo la legalidad del sector deportivo
federado al no entregarles las Providencias Administrativas una vez culminado
sus procesos electorales. La inseguridad del deporte se profundiza cuando las
autoridades niegan o no responden a la presentación de los Programas Operativos
Anuales de las federaciones. Ahora, de la manera más descarada, pretenden las
autoridades del IND ser electos en los cargos directivos de las Federaciones
Deportivas violentando la autonomía del sector y transformándose de manera
arbitraria e ilegal, en “Juez y Parte” de los procesos electorales.
Militarizaron
la organización de los Juegos Universitarios, y procedieron a la asignación de
sedes en base a criterios de identificación ideológica, interviniendo de manera
descarada la autonomía de FEVEDES,
Los
eventos deportivos internacionales, se transformaron en una mina de oro, por
las divisas que emplean en su organización y posterior desarrollo, lo que
motivó a las autoridades a solicitar cualquier cantidad de eventos. Mientras
más grande sea mucho mejor será. No fue gratuita, la solicitud de la sede de
los Juegos Panamericanos para Ciudad Bolívar o los Bolivarianos de Playa para
el Estado Vargas o la
Copa América de Futbol, o los Juegos Universitarios
Centroamericanos…..pidan que algo queda, era la consigna.
Pero, la
joya de la corona fue el manejo de los recursos del Fondo Nacional del Deporte.
Allí, la gerencia corrupta de las autoridades deportivas, procedieron a
eliminar las reuniones del Directorio del IND para así tener plena y absoluta
libertad en la administración de los dineros del fondo. En consecuencia, los 325.143.361
millones de bolívares aportados por las empresas al Fondo, fueron dilapidados
“discrecionalmente” sin que hasta el momento el ministro o quienes lo
sucedieron en el cargo hayan presentado las cuentas correspondientes a los
organismos contralores del Estado. Lejos de aplicar los mecanismos que
garantizaran la transparencia en el manejo de los recursos del Fondo, el
Ejecutivo Nacional lo transfirió a la Tesorería Nacional ,
dejando al deporte sin posibilidad alguna de acceder a estos recursos.
Después
de ese festín de millones, al final nos conseguimos con la insólita suspensión
de los Juegos Deportivos Nacionales desde el año 2015 ¡¡¡¡Por falta
de recursos presupuestarios!!!!
En los
eventos internacionales, ahora nos califican como
"La Delegación Forfait" por el incumplimiento de asistir a
las competencias.
Todo
este andamiaje contó y sigue contando con la complicidad de los organismos
Contralores del Estado que se han hecho la vista gorda frente a los desmanes de
las corruptelas enquistadas en los organismos gubernamentales y olímpicos
del sector deportivo venezolano.
A manera
de conclusión, en este expediente rojo, los hechos demuestran
fehacientemente la concurrencia de hechos punibles tales como: peculado de uso,
estafa, extorsión, chantaje, malversación, hurto, blanqueo de capitales,
compras con sobreprecio, violación a la
Ley de Licitaciones, ilícitos cambiarios, convenios leoninos
etc. etc., situación tipificada por el Código Penal como “El
Concurso Real de Delitos”, que tiene lugar cuando el mismo agente o funcionario
realiza uno o varios actos encaminados a fines distintos y ocasionan diversas
infracciones, independientes las unas de las otras. Queda claro, que para la
dirigencia corrupta del sector “Hacer deporte es…Hacer dinero.”
El Deporte
merece dejar de ser un antro de corrupción. No solo lo merece, lo demanda. Por
eso, se impone que atletas, entrenadores, dirigentes, obreros, empleados del
sector, padres y representantes tomen el protagonismo de su destino. Nos toca
escribir nuestra propia historia.
Pacífica
y democrática mente nos incorporamos al llamado ciudadano para buscar una
salida a la crisis económica, política y social en la cual estamos inmersos por
la manifiesta incapacidad gubernamental. Solo con la salida de este régimen
autocrático, corrupto y totalitario se podrá lograr un cambio para el país.
Hoy más
que nunca tiene plena vigencia el pensamiento de Carlos Sánchez, como una
expresión de compromiso social en las luchas gremiales:
“El Entrenador Deportivo debe ocupar permanentemente
su puesto de lucha por un deporte mejor y no doblegarse ante ningún burócrata
civil o militar que pretenda usarlo con fines politiqueros o de enriquecimiento
ilícito. Solo la
Unidad Gremial nos hará fuertes en la búsqueda y
defensa de nuestros Derechos Sociales”
La historia, nos permite
recordar que el pasado no está nunca terminado sino que permanece abierto y que
en él reposan aún las semillas de otro presente y otro porvenir….la lucha
continúa.
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