martes, 15 de mayo de 2012

EL CHINGO
Jesús Elorza                                          

A través del sistema de video conferencia se convocó a una reunión de todos los pranes de las cárceles venezolanas con el propósito de analizar la situación de La Planta.
Cada uno de los integrantes de El Pranato, se fue incorporando al conclave por medio de sus teléfonos satelitales de última generación.
El Chingo, fue el encargado de presentar el informe sobre los hechos ocurridos en el mal llamado “Casa de Reeducación y Trabajo Artesanal de El Paraíso”. Con la consigna Compinches del mundo uníos, comenzó su exposición. Nuestro floreciente negocio de alquiler de armas, venta de bebidas alcohólicas, drogas, seguros de vida y comodidades para vivir ha crecido a un promedio de 12% anual arrojando un superávit de más de 2000 millones de bolívares al cierre de cada ejercicio fiscal. Además, tuvimos que poner en práctica medidas de emergencia para combatir el hacinamiento. Recuerden que este infierno conocido como La Planta tiene capacidad para albergar 350 panas y en la actualidad hay 2673, es decir existe una sobrepoblación de más 664%. Frente a ello, decidimos vender permisos para estar fuera del recinto durante el día o la noche a quienes se bajaran de la mula. Quiero decirles sin jactancia alguna que este ha sido el negocio más rentable de los últimos años y que de no existir la discriminación contra los presos, podíamos merecernos la nominación al Nobel de Economía.
Sorprendidos, los miembros del pranato, se preguntaban ¿Entonces, que pasó?
Bueno, que los contras (guardias nacionales) se pusieron pichacosos y pretendieron tomar el control del negocio de las salidas y las pernoctas de familiares o amigos en el penal. Su desespero fue tal, que empezaron a ofrecer “Fugas legales”.
¿Cómo así? Preguntó con acento colombiano uno de los cabecillas de la cárcel de Santa Ana.
Garantizaban la salida por la puerta principal sin ningún contratiempo. La oferta incluía boleta de excarcelación y limpieza del expediente. Todo a un módico costo de 300 millones. Si el preso no disponía de esa cantidad, le ofrecían a menor costo la salida pero sin papeles o sea quedaba libre pero en condición de fuga.
Ese negocio redondo de los contras fue todo un éxito, en solo una semana salieron más 300 reclusos. Pero, siempre hay un pero, cuando esto comenzó a filtrarse en los medios de comunicación cundió el pánico entre los contras y el desespero los llevo a generar el conflicto que hoy tenemos. Tomaron militarmente el penal alegando haber descubierto un túnel por el que se “fugaron” los presos y cuidándose las espaldas alegaron que previamente habían quemado los archivos policiales lo que impedía conocer cuantos eran los evadidos.
Todos saben que las guerras de pandillas se resuelven a plomo. O nos respetan nuestros negocios o nos matamos fue el grito de guerra, dijo para terminar el chingo. En ese momento repico su celular y pidió permiso al conclave para atender la llamada. Es la Pelua esa que quiere hablar conmigo, no se asusten, no es la muerte sino la ministra que representa oficialmente a los contras. Quiere un pacto y estamos negociando los términos. Hemos pedido que detengan los traslados, el cese del cerco militar, que no toquen nuestros arsenales ni los depósitos de drogas y que designen director del penal a uno de nuestros pranes. Esperamos la respuesta.
Coño, fue la expresión de todos en el conclave. En ese centro de reclusión, los presos  están como dice el refrán popular “Si los pela el chingo, los agarra el sin nariz”



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