“Electores Activos”
¿Una Nueva Fórmula de
Manipulación Electoral?
Jesús Elorza
La afirmación de que el
Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela utiliza la categoría de "Electores
Activos" como un "nuevo maquillaje" para manipular los
resultados electorales, sin soporte jurídico, es una crítica seria que ha
cobrado fuerza en el panorama político venezolano, especialmente después de las
controversias alrededor de las elecciones del 28 de julio de 2024.
Para entender esta
crítica, es fundamental analizar qué implica el concepto de "electores
activos" en este contexto y por qué se le atribuye un propósito
manipulador.
Tradicionalmente, el
universo de votantes se basa en el Registro Electoral (RE) completo, que
incluye a todos los ciudadanos venezolanos mayores de 18 años, inscritos y no
inhabilitados. La participación electoral se calcula como el porcentaje de
votantes sobre ese total del RE. En el
último RE, aparecen 21.507.163 electores.
La crítica surge cuando
se sugiere que el CNE estaría utilizando una cifra de "Electores
Activos" que es menor que el total del Registro Electoral oficial.
Esta cifra reducida de "electores activos" implicaría:
- Exclusión o no consideración de
ciertos segmentos del RE: Por ejemplo,
venezolanos en el extranjero que no pudieron o no fueron habilitados para
votar, o incluso electores dentro del país que el CNE podría considerar
"inactivos" por diversas razones (no han votado en varias
elecciones, han cambiado de dirección, etc.), sin un proceso transparente
y legal para su depuración o exclusión.
- Una base de cálculo diferente para la
participación: Al calcular el porcentaje de
participación sobre una base más pequeña de "electores activos"
en lugar del RE total, el CNE podría presentar una cifra de participación
electoral más alta de la que realmente fue, o justificar un porcentaje
menor de votos recibidos por los candidatos sobre el RE total.
¿Por qué se considera una
"forma de manipulación" y sin "soporte jurídico"?
Las razones detrás de
esta crítica son contundentes:
- Alteración de la Tasa de
Participación: Si el CNE presenta la participación
como un porcentaje de "electores activos" (una base más
pequeña), puede inflar artificialmente la cifra de participación. Por ejemplo,
de acuerdo con el primer boletín anunciado por Elvis Amoroso, presidente
del CNE, la participación electoral, en las elecciones
municipales, fue de más de 44 % de los electores activos (6.273.531). Esto se debería traducir en 9.453.694
votantes y no en 6.273.531 como él lo anunció. De un solo plumazo
“evaporo” a 15.233.632 ciudadanos del registro electoral. Al usar
"electores activos", se puede simular un mayor respaldo del
electorado o minimizar la abstención que en el caso señalado superó el 70%.
- Falta de Transparencia y Auditoría:
La crítica principal es que esta
categoría de "electores activos" no está claramente definida ni
justificada legalmente en la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE)
o en las normativas del CNE de una manera que permita su auditoría
independiente. Si el CNE no explica cómo se determina esta cifra, ni
cuáles son los criterios para considerar a un elector como
"activo" o "inactivo", se convierte en una variable
opaca que puede ajustarse arbitrariamente.
- Afectación de la Legitimidad del
Ganador: Al manipular la base de cálculo, se
puede intentar dar una apariencia de mayor respaldo al ganador, incluso si
su porcentaje de votos sobre el Registro Electoral completo es
bajo. En contextos de baja
participación o desconfianza, presentar una participación más alta
(calculada sobre "electores activos") es una estrategia para
legitimar el resultado.
- Precedente y Opacidad:
Históricamente, las mediciones de participación y resultados se han basado
en el Registro Electoral completo. La introducción de una nueva categoría
sin un proceso transparente y base legal genera desconfianza y la
percepción de que es una herramienta para ajustar los números a
conveniencia. No hay un artículo en
la LOPRE que defina esta categoría de "electores activos" como
la base para el cálculo de la participación electoral de manera exclusiva.
La supuesta utilización
de la categoría "Electores Activos" tiene varias consecuencias
negativas:
- Erosión de la Confianza Electoral:
Contribuye a la percepción generalizada de que el CNE no es un árbitro
imparcial, sino un actor político que utiliza mecanismos para favorecer al
partido en el poder.
- Deslegitimación de los Resultados:
Refuerza la narrativa de fraude y manipulación, llevando a que amplios
sectores de la población y la comunidad internacional no reconozcan la
legitimidad de los resultados anunciados.
- Obstáculo para la Transparencia:
Al introducir una variable no auditada ni legalmente sustentada, se
dificulta la verificación independiente de los resultados, un pilar
fundamental de cualquier proceso democrático. No es de extrañar que, este concepto de “elector activo “sea
utilizado para restringir el derecho al voto en futuros procesos, como el
referendo para la reforma constitucional, limitándolo solo a quienes
votaron recientemente.
En el complejo panorama
electoral venezolano, la acusación sobre el uso de "Electores
Activos" como una fórmula sin soporte jurídico para manipular los
resultados se suma a una larga lista de denuncias sobre el manejo fraudulento
de los procesos electorales por parte del CNE. La demanda de transparencia total, incluyendo la publicación del
Registro Electoral auditado y el cálculo de la participación sobre bases claras
y legalmente establecidas, sigue siendo un punto crítico para la resolución de
la crisis política en el país.
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