Teatro del absurdo
Jesús Elorza
Nuevamente el país entero quedó perplejo ante el
anuncio de las autoridades deportivas de ser la sede de “Los Juegos Deportivos
Escolares Centroamericanos y del Caribe”. Evento a celebrarse entre el 22 y el
30 de noviembre y que contará con la participación más de 2000 jóvenes de edades
entre 15 y 17 años en las disciplinas de natación, tenis de mesa, voleibol,
boxeo, taekwondo, baloncesto, karate, atletismo, ajedrez, y levantamiento de
pesas, entre otras. Las sedes para estas competencias serán los estados La
Guaira, Miranda y el Distrito Capital.
Cuesta creer, salvo que
estemos en presencia de un gobierno que vive de espaldas a las realidades
nacionales que, hayan solicitado la sede de estos juegos cuando el sistema
educativo venezolano atraviesa la peor crisis institucional. Bastaría con
preguntarse ¿Qué irresponsable gobernante hace una solicitud como esa cuando de
todos es conocido que, en el año 2018, la Asamblea Nacional declaró la
"Emergencia Humanitaria Compleja de la Educación en Venezuela, como
consecuencia de la inexistencia del Estado docente, la desalarización
del trabajo pedagógico, el irrespeto a la autonomía de los gremios, la violación de los derechos
laborales, la gravísima deserción escolar y la migración de
docentes, la casi inexistencia de programas de asistencia al
estudiante, el incumplimiento de la obligación de inclusión educativa de
los pueblos indígenas, la instrumentación de prácticas de persecución y
acoso laboral con trasfondo partidista, la imposición de modificaciones al
currículo escolar con sesgo ideológico y la vulneración de la autonomía
universitaria en todas sus expresiones?.
“Estudiar entre ruinas”
es el calificativo que comúnmente usado para referirse a la caótica situación
de la infraestructura de los centros educativos: alrededor de 70 por ciento de
los planteles presentan graves problemas de infraestructura, originados por un
desgaste natural, pero también por la falta de mantenimiento preventivo y
correctivo.
Las estadísticas de la crisis señalan de manera alarmante que: 74,7% de
las escuelas básicas tienen su planta física altamente deteriorada y 78,5% no
cuenta con un suministro regular de agua. El 56% de los docentes se retiró del sistema,
por exiguos salarios, malas condiciones de trabajo, ocasionando que 73,0% de
las escuelas presentara déficits de maestros y profesores. En 2022-2023 de los
7,8 millones de niños, niñas y adolescentes entre 3 y 17 años, al menos 2,9
millones no asistía regularmente a clases y 1,5 millones había abandonado la
escuela. El Programa de Alimentación Escolar (PAE), refleja que, sólo el 32,27%
recibe el servicio todos los días de clases y 36,7% varias veces a la semana,
mientras que 70,8% se limita a una comida diaria, con poca proteína y más
carbohidratos. El 90% de los planteles no cuenta con los suministros necesarios
de alimentos, además de sufrir la falta de utensilios y el mal estado de las
áreas de cocina y comedor. Sumado a todo esto, esta lo relacionado con el
inicio de actividades bajo el formato del “Horario Mosaico” que reduce la
actividad académica ¡¡¡solo a dos días a la semana con un horario de 8 a 10 de
la mañana, es decir, solo 4 horas de clases por semana!!!
Desde el punto de vista técnico deportivo, vemos como el régimen con
estos juegos escolares centroamericanos persiste en la solicitud
irresponsable de sedes de eventos deportivos internacionales con el solo
propósito de continuar con la apropiación indebida de los recursos económicos
destinados para tal fin; ejemplos de ello lo ocurrido con la Copa América de
Futbol, Juegos Bolivarianos de Playa, Iberoamericano de Atletismo,
Mundial de Softbol Femenino, la Serie del Caribe entre otros y la entrega
de divisas a la dictadura cubana a través de leoninos convenios de contratación
de “entrenadores” y los Juegos del “Alba”.
Además, hay que preguntarse cómo
o de qué manera fue estructurada la selección nacional que nos representara en
ese evento deportivo, cuando de todos es conocido que durante los 24 años de
este régimen el deporte escolar ha carecido de los presupuestos necesarios para
su desarrollo. Con este régimen bolivariano las instalaciones educativas de los
centros educacionales (escuelas, liceos y universidades) carecen de
instalaciones funcionales, materiales deportivos y programas que permitan el
desarrollo de los campeonatos inter cursos, inter-liceístas regionales,
estadales y nacionales para de allí seleccionar a los jóvenes que nos
representarían en eventos internacionales. Todo esto fue sustituido por el
sistema “Del vente tú” aplicado por el régimen y sus acólitos enchufados en las
organizaciones deportivas.
Estos Juegos Deportivos Escolares
Centroamericanos no pasan de ser un teatro del absurdo de un incompetente
régimen que solo busca el uso del deporte como un medio para la promoción
populista de sus intereses ideológicos para mantener el control social de la
población.
El sector de la Educación Física, el Deporte y la Recreación en
Venezuela, reclama un nuevo modelo o una nueva visión estratégica que permita
la amplia superación de las percepciones anteriormente descritas. Solo con gobiernos fundamentados en principios de
Libertad y Democracia podemos alcanzar que la actividad deportiva-recreativa se
transforme en un instrumento integrador de la salud, la educación y la
inclusión social de las personas.
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