DECLARACIÓN SOBRE LAS ELECCIONES PRIMARIAS
3 de marzo de 2015
Francisco Russo Betancourt (vocero)
Nos habría entusiasmado declarar desde esta trinchera ciudadana que es ARAGUA EN RED, la iniciativa de los factores partidistas, nacionales y regionales, para convocar a la sociedad civil a elecciones primarias para escoger los dirigentes naturales de nuestra región. Los que aquí estamos no somos candidatos a nada, ni postulamos nuestros nombres a cargo alguno; somos rostros de ciudadanía de Maracay y de Aragua. Desafortunadamente, confirmadas las noticias que nos vienen de Caracas, hoy se pretende esterilizar políticamente a quienes ponen los votos y el lomo en cualquier elección, al excluir a la sociedad civil de la democrática participación y seleccionar a dedo, en cenáculos, a las personas que nos “representarán” y que según rumores, en algunos casos, no tienen vinculación alguna con la región.
Las primarias no constituyen un capricho de algún sector social o político, ellas son el mecanismo idóneo para la libre competencia y la reafirmación de liderazgos en el seno de una sociedad democrática., sin descartar, por supuesto, la necesaria expresión de las organizaciones partidistas. Pero son más las ventajas que las desventajas las que ofrece una convocatoria política para escoger a nuestros dirigentes. El año 2012, cuando escogimos con altísima participación nuestros candidatos a presidente, gobernador y alcaldes, creímos que se iniciaba en la política venezolana, pero específicamente en la oposición, una nueva cultura que permitiría la promoción de liderazgos frescos y compenetrados con su localidad; no quedan fisuras, ni descontentos, cuando la escogencia se hace a través de la presentación de programas políticos y sociales al elector, y es precisamente mediante ese esfuerzo personal y de equipos, que se logra alcanzar un liderazgo y una representatividad inequívoca; aquí entonces, el compromiso es con la sociedad y sus electores y no con el dueño de la franquicia. Pero más allá de la complaciente práctica de escoger a dedo, vemos con pesar que mientras reclamamos al gobierno mayor participación democrática, observamos con tristeza que desde aquella acera, el partido oficial aparece convocando a su militancia a primarias. En definitiva, invocamos que la idea democrática que ensayaron los antiguos griegos, presenta hoy en el mundo moderno, un conjunto de expresiones distintas a aquella época, siendo una de ellas la participación ciudadana en primarias, para escoger candidatos a cargos de elección popular.
Sin inquina alguna, nuestra divisa ha sido desde esta plataforma de organizaciones ciudadanas, defender y seguir defendiendo la idea de convocar elecciones primarias para escoger nuestros candidatos y que las gane quien logre el apoyo mayoritario de la gente. En consecuencia, tampoco es una herejía que denunciemos se nos imponga, además, candidatos que hacen vida política en otras regiones.
En las pasadas elecciones parlamentarias nacionales, fue el suplente, y hoy está en funciones, un ciudadano que vive en el Táchira, quien nos atrevemos a señalar confunde la plaza Bolívar con la plaza Girardot de Maracay; igualmente tenemos diputados domiciliados permanentemente en Caracas, así como un Gobernador sin vinculaciones locales, ni residencia fija en esta ciudad. Ahora nos dicen, que tendremos como candidatos a diputados a personas que vienen del Zulia y de Chacao.
Eso es un atentado a la aragüeñidad que tanto defendemos y desde aquí convocamos a defender nuestra particular idiosincrasia, que no es otra cosa que la valoración de nuestras costumbres y distintivos como colectividad, y a reclamar con fuerza la convocatoria a elecciones primarias para escoger nuestros candidatos, particularmente en esta hora que el país demanda amplitud, visión de futuro y si se quiere, grandeza política. El dedo, en momentos en que la unidad reclama transparencia y uniformidad de propósitos, puede resultar un error grave, favoreciendo el desaliento y una mayor abstención que la del 2005.
En consecuencia, sentimos como nuestra obligación ciudadana, advertir sobre el flaco favor que se le está haciendo a la política con estos viejos procederes, que sin duda contribuyen al escepticismo y a la desconfianza de la gente, alejando cada vez más las posibilidades de transitar, unidos y sin exclusiones, el camino hacia un país distinto y mejor para todos.
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