martes, 2 de julio de 2024

 







El deporte como escenario de acciones terroristas 

Jesús Elorza 

El terrorismo como forma de violencia política ha sido un elemento recurrentemente utilizado por distintas organizaciones a lo largo de la historia y el deporte reúne un cumulo de atractivos que lo convierte en un escenario deseable sobre el cual desarrollar sus acciones. Los terroristas pueden amenazar o atacar un evento deportivo por el elevado simbolismo del mismo y por lo que representa universalmente. 

Uno de los principales escenarios para las acciones terroristas son los megaeventos que pudiéramos definirlos como campeonatos o juegos únicos de escala internacional, con una duración fija, que producen niveles extremadamente altos de cobertura mediática, atraen a una gran cantidad de visitantes, implican grandes costos y tienen un fuerte impacto en la comunidad anfitriona (población, infraestructura, medio ambiente, etc.). Suelen ir acompañados de actividades paralelas, como festivales o eventos culturales. Los megaeventos deportivos por excelencia son los Juegos Olímpicos y las Copas Mundiales de Futbol. 

A partir de los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, en donde once atletas, entrenadores y oficiales israelíes fueron secuestrados y asesinados por integrantes de la organización palestina Septiembre Negro los megaeventos deportivos se convirtieron en un blanco muy tentador. Este incidente fue la primera vez que un ataque terrorista se convirtió en un evento mediático global que se transmitió por televisión a todo el mundo. La audiencia estimada: 900 millones de personas en más de 100 países. Hasta ese momento, ningún evento transmitido por televisión a escala internacional había alcanzado esos niveles de audiencia. los Juegos Olímpicos y las Copas Mundiales de Futbol reúnen una serie de características que ningún otro evento reúne: 

Atraen una inmensa atención internacional, por lo que se registra una altísima asistencia de representantes de medios de comunicación, acreditados y no acreditados, que provienen de todo el mundo y que se encuentran concentrados en un solo lugar por bastantes días consecutivos. 

Estos eventos, pues, brindan una plataforma mediática única y sumamente atractiva para los terroristas: llevar a cabo un ataque transmitido a escala global les proporcionaría una publicidad de gran alcance que difícilmente alcanzarían de otro modo, garantizándoles la máxima cobertura y audiencia posibles para proclamar su mensaje. Por solo citar un par de ejemplos, los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008 tuvieron una audiencia total de televidentes de 3.510 y la Copa Mundial de Futbol en Brasil 2014 tuvo una audiencia de 3.200 millones. 

Como vimos en las repercusiones de Múnich 1972, el impacto del terrorismo va más allá del ataque en sí o de las víctimas inmediatas, y tiene implicaciones de largo alcance a nivel político, económico, social y psicológico. Durante los  megaeventos el prestigio de los países anfitriones está en juego bajo el escrutinio mediático global, así que un atentado terrorista pondría en jaque al gobierno del país sede ante los ojos de todo el mundo. 

Desde Múnich 1972, decenas de ataques se han producido durante el transcurso de competiciones de interés mundial, convirtiendo el deporte en un rehén más del terrorismo. Atlanta’96, la Eurocopa de Fútbol de Inglaterra, la semifinal de la Champions League de 2002, la maratón de Boston en 2013… son solo algunos de los blancos y escenarios que han sido objetivo de atentados terroristas durante el último medio siglo.  

También, con el tiempo las acciones de grupos terroristas emplean formas diversas para sus acciones. Carlos Igualada, director del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo, que ha escrito el libro Terrorismo y Deporte nos señala que, la relación entre terrorismo y deporte es mucho mayor de la que nos podríamos imaginar, el vínculo es muy estrecho, pero no solo en forma de atentados, como los vividos en Múnich, Atlanta o Francia en 2017, si no por la financiación de estos movimientos que hacen algunos estados gracias al deporte como es el caso de países como Qatar. Pudiera decirse, que el terrorismo se viste ahora de palto y corbata para llevar a cabo sus acciones. Aquí es donde más se evidencia el caso Qatar. A través de Qatarí Sport Investments son dueños de instituciones como el PSG, y han usado esta presencia en el deporte para financiar actos terroristas, según confirman países como Estados Unidos o la propia ONU.  

Los ejemplos más claros son Arabia Saudí o Qatar, donde derechos tan básicos como los de las mujeres se ven dilapidados o el financiamiento del grupo Al Qaeda y aun así la comunidad Internacional guarda silencio, porque estos países invierten muy fuerte económicamente en eventos que interesan al resto de países, no solo en fútbol, sino también en política. Los países occidentales se benefician de dinero que entra gracias al deporte y giran la cabeza respecto a otros temas. 

A manera de conclusion pudiera señalarse que, los escenarios deportivos son susceptibles de amenazas o ataques por su alta exposición mediática, alta visibilidad pública, alta representación simbólica y alta vulnerabilidad física. Algunos de esos grupos terroristas gozan del financiamiento de reinados dictatoriales que pretenden ocultar o lavar su imagen y la represión a sus pueblos a través del deporte. 

jueves, 20 de junio de 2024

 

El COI se une a la banda de Alibaba 

Jesus Elorza 

La Comisión Ejecutiva del Comité Olímpico Internacional (COI) reunida en Lausana (Suiza) acordó el pasado viernes 14 de junio la creación de los Juegos Olímpicos de los eSports. El alemán Thomas Bach, presidente del organismo, informó de ello al término de la reunión que, la asamblea del COI debe dar el visto bueno a esta decisión en la Sesión que se llevará a cabo en París en vísperas de los Juegos Olímpicos, del 22 al 24 de julio. 

Nuevamente el mundo de los deportes es sacudido por las contradictorias declaraciones del inefable presidente del COI. Todos recuerdan que hace dos años destacó en una entrevista para la prensa china que su organismo está considerando que los juegos electrónicos pasen a ser disciplina deportiva en los Juegos Olímpicos. En sus argumentos señalo que los e-Sport son un fenómeno de gran seguimiento y aceptación entre los jóvenes. Su popularidad explotó con el lanzamiento del popular videojuego para-PC League of Legends. Sin embargo, para cuidarse las espaldas, agregó a su discurso la siguiente frase “No tenemos todavía claro si los e-Sport son realmente un deporte, en lo que respecta a la actividad física y lo que se necesita para ser considerado como tal". Pero, inmediatamente sus palabras fueron seguidas por la decisión del COI de permitir que el Consejo Olímpico de Asia incluyese a los e-Sport como un deporte oficial. Los deportistas podrán optar por medallas en los Juegos Asiáticos de China en 2022 (Hangzhou). Posteriormente, al final de una Cumbre Olímpica en la ciudad de Lausanne, Suiza, en la cual se había discutido sobre la importancia y el crecimiento de los videojuegos en el mundo, manifestó sin vergüenza alguna que, “Los e-Sport pueden ser considerados una actividad deportiva, y los jugadores involucrados se preparan y entrenan con una intensidad comparable a la de atletas en deportes tradicionales”. 

Además, manejó como argumento central que en Río 2016 se había registrado una disminución importante de la audiencia de edades entre los 18 y los 27 años, lo cual obligaba a “tener en cuenta cualquier deporte que esté a la altura de los criterios competitivos y que tuviera la capacidad de atraer el público que se había estado alejando de los juegos olímpicos”. 

El argumento de la “audiencia” fue acompañado por el de los “ingresos económicos”: 

….. Un estudio realizado por el proveedor de inteligencia de mercado, Newzoo, revela que para el año 2017, los e-Games habrán generado más de $ 696 millones de dólares en todo el mundo, lo que representará un crecimiento de 41.3% en relación con los $493 millones de dólares de 2016. Asimismo, se espera que estas competencias produzcan más de $1.488 millones de dólares entre 2018 y 2020. Sobra decir que las cifras ponen de relieve la transformación de los e-Sports en una industria millonaria…… 

Esto último, indicó el camino a seguir por el COI. No podemos quedar fuera de ese millonario negocio. Que Thomas Bach siga, por una parte, con su discurso engañoso de protección a los valores olímpicos, de la Paz y la No-Violencia, mientras que, por otro lado, da todos los pasos necesarios para incorporar a los Juegos Olímpicos en el negocio de los videos juegos. 

La apetencia por ingresar como socio en el negocio multimillonario de los e-Games, es un poderoso atractivo que termino seduciendo al COI y a los Comités Olímpicos Nacionales, que ya se frotan las manos, al verse como parte integrante del mundo de los Juegos virtuales No es casual, que el mayor patrocinante de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022 fuera el gigante del comercio electrónico “Alibaba”, poderosa corporación china que anunció un acuerdo con la Federación Internacional de los e-Sports (IeSF por sus siglas en ingles) para conseguir que los deportes electrónicos sean olímpicos y reconocidos como deporte a nivel global. 

“Alibaba” es un socio que le viene como anillo al dedo a los jerarcas del COI en su papel de “los 40 ladrones”. 

Admitir que los e-Sport son un deporte olímpico es una aceptación del sedentarismo. Bastaría preguntarse ¿a dónde vamos a llegar cuando una persona sentada en una silla frente a una pantalla pueda ser considerada un atleta olímpico? 

Como parte de este debate, hay que considerar que los juegos que congregan más asistentes en los e-Games despliegan diferentes niveles de violencia: Carmageddon, Dead Space, Doom, Gears of War II y Manhunt por solo mencionar algunos de ellos. 

En este punto, volvemos al inefable y contradictorio Thomas Bach, quien hizo una clara alusión al tema de la violencia en los videojuegos, resaltando que en el COI "Queremos promover la no discriminación, la no violencia y la paz entre los pueblos, algo que no se corresponde con videojuegos en los que hay violencia, explosiones y muertes, así que hay que trazar un límite claro". Pero, a pesar de sus señalamientos, de inmediato agrega, para no quedarse fuera del negocio, que: “La inclusión de los deportes electrónicos como una disciplina olímpica se hará de la forma más conservadora posible”. 

Aunque la incorporación se haga de manera progresiva y conservadora el solo hecho de permitirlo representa una contradicción con los valores de la actividad física, los deportes y el olimpismo. 

Este debate, sobre la incorporación a los Juegos Olímpicos de los e-Sports, es uno de los temas centrales hoy en día en el mundo deportivo. De allí, que se requiere la participación de atletas, entrenadores, dirigentes, médicos, periodistas, sociólogos, filósofos, economistas para que la discusión no quede encerrada en la “Cueva de Alibaba y los 40 ladrones”.