¿Inicio o lucha de clases?
Jesús Elorza
Al aproximarse la fecha del nuevo año escolar prevista para el 18 de
septiembre, los trabajadores del sector educativo conversaban permanentemente
sobre este tema. Algunos manifestaban su preocupación sobre la irresponsabilidad
del gobierno, al hacer el anuncio de inicio de clases, sin resolver previamente
los problemas que afectan a la educación.
-Uno de los docentes, se preguntaba a viva voz, ¿Cómo es posible hablar
de inicio de clases en un momento de Emergencia Humanitaria Compleja en
Venezuela?, si no están dadas las condiciones para ello, como consecuencia de
la inexistencia del Estado Docente, el irrespeto a la autonomía de los gremios,
la violación de los derechos laborales con la “bonificación” burlista del
trabajo pedagógico, la gravísima deserción escolar y la migración de docentes,
la casi inexistencia de programas de asistencia al estudiante, el
incumplimiento de la obligación de inclusión educativa de los pueblos
indígenas, la instrumentación de prácticas de persecución y acoso laboral con
trasfondo partidista, la imposición de modificaciones al currículo escolar con
sesgo ideológico y la vulneración de la autonomía universitaria en todas sus
expresiones.
-Un obrero manifestaba: “Estudiar entre ruinas” es el calificativo que
debería usarse para referirse a la caótica situación de la infraestructura de
los centros educativos: alrededor de 70 por ciento de los planteles presentan
graves problemas de infraestructura, originados por un desgaste natural, pero
también por la falta de mantenimiento preventivo y correctivo
-Uno de los empleados administrativo, pidió la palabra para señalar las
estadísticas de la crisis que se presenta en el sistema educativo público:
74,7% de las escuelas básicas tienen su planta física altamente deteriorada y
78,5% no cuenta con un suministro regular de agua. El 56% de los docentes se
retiró del sistema, por exiguos salarios, malas condiciones de trabajo,
ocasionando que 73,0% de las escuelas presentara déficits de maestros y profesores.
En 2022 de los 7,8 millones de niños, niñas y adolescentes entre 3 y 17 años,
al menos 2,9 millones no asistía regularmente a clases y 1,5 millones había
abandonado la escuela.
-Un miembro del personal que atiende uno de los comedores escolares intervino
para señalar que, con el Programa de Alimentación Escolar (PAE), sólo el 32,27%
recibe el servicio todos los días de clases y 36,7% varias veces a la semana,
mientras que 70,8% se limita a una comida diaria, con poca proteína y más
carbohidratos. El 90% de los planteles no cuenta con los suministros necesarios
de alimentos, además de sufrir la falta de utensilios y el mal estado de las
áreas de cocina y comedor.
-Un delegado de la Asamblea de Trabajadores de la Educación, intervino
para exponer que, el gobierno permanece ciego, sordo y mudo frente al reclamo
magisterial por la falta de discusión de los contratos colectivos, la
derogación del instructivo de la ONAPRE y la exigencia de salarios, pensiones y
jubilaciones dignos. Hasta este momento, llevamos más de 500 días sin aumentos
salariales. Los trabajadores, debemos oponernos a la política de bonificación
del salario. Hoy resulta inaceptable, la respuesta gubernamental de no tener
recursos para atender el reclamo de los trabajadores; la recuperación de la
producción petrolera certifica la disponibilidad de recursos. El aumento
salarial es socialmente pertinente y viable financieramente.
-Un representante de la intergremial universitaria, interviene para
decir que el conflicto universitario que hoy mantienen profesores, empleados,
obreros y estudiantes es respuesta a la grave crisis que atraviesa el país y a
la inadecuada estrategia de transformación universitaria que pretende hacer de
las universidades centros donde sólo se educa y se gradúan profesionales
formados bajo un pensamiento único. Durante 24 años el régimen ha mantenido una
constante violación de la autonomía universitaria a través de un criminal cerco
presupuestario, la judicialización de la protesta, la represión, la negativa a
los aumentos salariales, la apropiación indebida de los recursos
correspondientes a las Cajas de Ahorro, el cierre progresivo de los comedores,
el deterioro de la planta física, la deserción estudiantil, la migración
profesoral y la falta de programas de Asistencia Social que han colocado a los
miembros de la comunidad universitaria en la trágica condición de “condenados a
muerte” por carecer de una seguridad social que les permita atender los
problemas de salud que se les presenten.
Finalmente, estudiantes, obreros, empleados y profesores de los
distintos niveles del sector educativo coincidieron en señalar que, el inicio
de clases para este nuevo año escolar está condicionado por las luchas que la
comunidad educativa mantiene contra un régimen autoritario, que solo busca
mantener la negación de los derechos sociales y laborales y la represión como
un mecanismo para doblegar a los trabajadores en su afán por implantar un
régimen totalitario de pensamiento único. El tema central, no es el inicio de
clases sino la lucha de clases, la de los trabajadores en contra de un régimen
explotador, por alcanzar una sociedad mejor en donde predominen la libertad y
la democracia. La lucha continúa.
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