MÚNICH 72
51 años después
Jesús Elorza
Los Juegos Olímpicos de 1972 representaban para ese momento la gran
oportunidad de Alemania para darse a conocer al mundo entero como un país
moderno, amable y cosmopolita, y de borrar del imaginario colectivo los
recuerdos de los últimos Juegos Olímpicos que había organizado en Berlín, en
plena era nazi. Pero, la tragedia se hizo presente
Hace ahora 51 años, en la madrugada del 5 de septiembre, un comando del
grupo terrorista palestino Septiembre Negro, irrumpió en un apartamento del
equipo israelí en la Villa Olímpica. Estaba formado por ocho hombres que se
colaron saltando una valla del recinto, vestidos con chándal y ocultando las
armas en bolsas de deporte. Allí mataron a un entrenador y un atleta y tomaron
como rehenes a otros nueve miembros del equipo. Exigían la liberación de 234
presos palestinos, así como la de los líderes del grupo terrorista alemán de
extrema izquierda, Fracción del Ejército Rojo (RAF), Andreas Baader y Ulrike
Meinhof.
La respuesta de la Policía de la República Federal ―hasta 1990 no se
produciría la reunificación de las dos Alemania― consistió en un operativo de
rescate plagado de incompetencia y errores de principiantes, en el que murieron
los nueve rehenes israelíes, un agente y cinco de los ocho secuestradores.
Israel se ofreció a enviar una unidad especializada, pero el Gobierno alemán lo
rechazó. El Ejército, que contaba con francotiradores entrenados, no participó
en la operación porque la Constitución alemana prohibía su intervención en
tiempos de paz.
La desarticulada y desastrosa operación policial alemana que terminó con
una masacre en el aeropuerto, fue objeto de críticas en todo el mundo y tensó
al extremo las relaciones diplomáticas con Israel, donde causó una conmoción
que aún perdura medio siglo después.
Al día siguiente, el 6 de septiembre, se celebró un memorial por las
víctimas en el que el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional,
Avery Brundage, dijo, al igual que lo hizo, de manera cínica, en México 68,
después de la masacre de Tlatelolco, “los juegos deben continuar”. Brundage
tampoco hizo, durante su discurso, referencia a los deportistas asesinados,
solo se limitó a elogiar la fuerza del movimiento olímpico. Este hecho
enfureció a los israelíes y a mucha de las personas allí presentes.
Los familiares de las víctimas solicitaron al COI levantar un monumento
permanente en memoria de los atletas fallecidos, pero este declinó la petición
alegando que “el hecho de hacer una referencia explícita a las víctimas podría
enojar al resto de la comunidad olímpica”.
Esta masacre profanó la calidad cohesiva y unificadora de los Juegos
Olímpicos, el símbolo distintivo del deporte, y manchó de sangre su bandera. A
su vez, el desenlace de los acontecimientos también permitió conocer la falta
del gobierno alemán al no asumir la responsabilidad por los errores cometidos y
las consecuencias que produjeron los sangrientos hechos.
Tuvo que pasar más de cincuenta largos años, durante la conmemoración
del 50 aniversario de la masacre, para que las autoridades alemanas al fin
reconocieran su responsabilidad en aquellos “juegos de la paz y la alegría” que
acabaron en la peor tragedia del olimpismo.
El 5 de septiembre del 2022 el presidente alemán, Frank-Walter
Steinmeier, frente al afligido presidente israelí, Isaac Herzog, durante el
acto de conmemoración en Múnich dijo: “Les pido perdón, como jefe de Estado y
en nombre de la República Federal de Alemania, por no proteger a los atletas
israelíes y por la falta de información posterior” y añadió dirigiéndose a los
familiares presentes en el acto, “Alemania ha tardado demasiado en ser
consciente de su responsabilidad y en actuar en consecuencia”. Es vergonzoso,
admitió, que hayan tenido que pasar cinco décadas para llegar a un acuerdo de
compensación con las familias. “Durante demasiado tiempo no hemos querido
reconocer que también tenemos una parte de responsabilidad. Nuestra tarea
consistía en garantizar la seguridad de los atletas israelíes”.
Para tratar de cerrar este capítulo sangriento de la Masacre de Múnich
72, el gobierno alemán informó haber creado un panel de historiadores para
evaluar lo sucedido antes, durante y después de los sucesos de hace más de
cinco décadas. Dicho panel forma parte de un acuerdo con familiares de los 11
deportistas israelíes asesinados por los milicianos palestinos y está integrada
ocho expertos historiadores, la mayoría de ellos residentes en Alemania o Israel.
El deporte
mundial espera que el Informe Final determine las responsabilidades de los
actores de ese hecho y desclasifique toda la documentación de los organismos
encargados de la seguridad en los juegos. Ojalá que no vayan a tardarse otros
51 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario