OLÍMPICO DESPECHO
Jesús Elorza
Un miembro del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico
Venezolano (COV), no encontraba explicación alguna a su no inclusión en la delegación
que representaría al país en los Juegos Deportivos Suramericanos a celebrarse
en Cochabamba. No puede ser, no puede ser repetía a cada momento. Durante más
de una década, yo era el primer chicharrón en ser designado como representante olímpico…..y
ahora, me dejan por fuera.
En su creciente angustia, decidió llamar a su patrón, el
presidente del COV, pero la angustia fue en aumento, al solo escuchar luego de
innumerables intentos “su llamada no
puede ser procesada en este momento, por favor deje su mensaje después del
tono”…..coño, me jodi, mi jefecito no quiere atenderme. Que irán a decir los
federativos al no verme incluido en la nomina de la misión olímpica, se
preguntaba el mismo a cada rato.
Llenándose de valentía, se decidió hablar con el Ministro
del Deporte para que lo incluyera como ¡¡¡Representante del Instituto Nacional
del Deporte!!! en la delegación. El ministro sorprendido por la petición, se atrevió
a preguntarle ¿Qué te pasó, te peleaste con Eduardo?
- Con voz quebrada y a punto de llanto, respondió: No se
que pasó, lo he llamado y no me para bola.
-Bueno, no te pongas a llorar por eso, le dijo el
ministro y llamado a su secretaria, le ordenó que le diera una credencial como
representante oficial.
- Besándole la mano, no dejaba de decir gracias,
gracias….no tengo como pagarte este favor.
-Bueno, cuando se produzca una votación en contra de una
federación en el seno del directorio, ya
sabes por quien votar.
-Cuente con mi eterno apoyo, señor ministro.
Con la seguridad de sentirse miembro de la delegación,
marchó ala sede del COV para entregar el oficio …….pero, recibió una desagradable
sorpresa ¡¡¡Le negaron la acreditación!!!! Lo mandaron a lavarse ese paltó.
Cabizbajo y sin aliento, busco refugio en el primer
botiquín que se consiguió en la avenida Páez del Paraíso. Y entre trago y trago
fue rumiando su desconsuelo.
Las mesoneras del lugar, comentaban entre si, que el tipo
que estaba en la barra, lo que estaba era despechao. En cada trago, mandaba a
que le marcáramos el B-4 en la rocola y
entre lágrimas, acompañaba la letra de
la canción adaptándola a su condición de despechao:
…… Perdón vida de mi
vida / Perdón si es que te he faltado / Perdón carito amado ángel adorado
dame tu perdón.
…….Ven y calma mi angustia con una credencial / que es todo lo que ansia / mi pobre corazón.
Mesonera, sírvame
otro trago, y de paso me marca el C-7:
……. Todo cambió cuando te vi / En
rojo-rojito color me convertí
Y fue tan fácil viajar tanto / que todo te lo debo a ti. / Yo sin ti / no valgo nada.
Y fue tan fácil viajar tanto / que todo te lo debo a ti. / Yo sin ti / no valgo nada.
Otro
trago, please, y siguió cantando sin el acompañamiento de la rocola:
…… Yo era feliz contigo, todo
el día / yo era tu perro fiel, tu eras
mi guía
Hasta que desperté sin credencial / y pude comprender que me mentías
Hasta que desperté sin credencial / y pude comprender que me mentías
La noche fue larga y
tormentosa. En la madrugada, a la hora del cierre, las mesoneras llevaron a
empujones hasta la puerta del botiquín al frustrado dirigente y llamaron a los
vigilantes, para que cumplieran el deseo del borracho, llevándolo a la
“delegación”, en este caso policial y no necesariamente olímpica.
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