domingo, 5 de febrero de 2017


SE LLAMABA "EZEQUIEL"
Jesús Elorza

En la segunda década del siglo XIX, en la población de Cúa, actual estado
Miranda, el matrimonio del villacurano Alejandro y la maracayera Paula
celebraban el nacimiento de su hijo, quien posteriormente bautizarían con
el nombre de Ezequiel.

Su niñez, fue como la de todo infante. Relacionada con su entorno y
participe de los juegos infantiles de la época: Trompo y metras.
Regularmente era motivo de burlas de sus compañeros, por ser su padre
Alejandro un “blanco de orilla” o sea una persona perteneciente a la
categoría de blanco, pero que no formaba parte ni del grupo de los
españoles peninsulares (blancos nacidos en España) ni de la aristocracia
local (los mantuanos).

Paula, su madre, al fallecer su esposo, en uno de los combates entre
caudillos que se daban con mucha frecuencia en esa época, decide mudarse
para la Villa de San Luis de Cura en donde regenta una bodega que les
produce lo necesario para la manutención de la familia. Ezequiel pasó gran
parte de su juventud atendiendo el negocio de la familia. Desde allí, dio
muestras de su espíritu de galán atacando a todas las jóvenes que iban a
comprar a la bodega. Sus compinches, al ver lo enamoradizo que era no
dudaron en llamarlo “Bragueta loca”.

En todo el pueblo, existía un descontento creciente entre los soldados que
regresaban de la guerra a sus hogares, encontrando a sus mujeres violadas,
con sus hijos muriéndose de hambre, una agricultura y ganadería totalmente
abandonada. Entre la población se había esfumado la ilusión de ser
recompensados con Tierra y Libertad. Los negros, por su parte, reclamaban
sus bonos de guerra y su libertad, pero también esa ilusión se desvanecía
aceleradamente.

Ese entorno político social va marcando el desarrollo del joven Ezequiel
que se complementa con la lectura del periódico “El Venezolano” que llegaba
a la bodega.

Bajo el grito de “tierras y hombres libres” que retumbaba en los zaguanes
de la solariega casa de Villa de Cura, se funda en abril de 1846 la
Sociedad Liberal, proclamando “elecciones populares y horror a la
oligarquía”. Ezequiel, comienza a perfilarse como líder indiscutible y
emerge su candidatura como diputado a la Asamblea Provincial por la
Provincia de Caracas, a la cual pertenecía el Cantón Villa de Cura. Su
desempeño, como diputado liberal, era de oposición al régimen establecido
de los godos o conservadores.

En los movimientos del régimen para detener los avances liberales se decide
inhabilitar al joven Ezequiel. Ese hecho, lo llevo a seguir el camino de
las armas y acompaña a Antonio Leocadio Guzmán a la cita que este tenía con
Páez y Mariño en La Victoria, encuentro que no llego a materializarse. A
partir de ese momento, Ezequiel se mete de lleno en la guerra y va sumando
a su ejército una serie de personajes siniestros que van moldeando su
carácter autoritario y déspota.

Uno de ellos era el “Indio Rangel” considerado por muchos como un bandido,
violador de mujeres y asesino de jóvenes que se oponían a acompañarlo en
sus fechorías. Otro era el sanguinario Pedro Aquino, conocido como “El
Terror de las Llanuras” El indio Martín Espinoza, conocido por sus
tropelías en contra de la población de los caseríos que incendiaba a su
paso, el fusilamiento de personas y la decapitación de los soldados que
caían prisioneros. Este siniestro personaje era permanentemente acompañado
por un brujo encargado de hacerle trabajo, invocando al demonio, contra los
enemigos de Martín Espinoza.

En los reposos del guerrero, Ezequiel no perdía tiempo para recuperar sus
dotes de galán como “Bragueta loca” y en uno de esos momentos se levantó a
una hermosa india llamada Biviana y la preñó. Posteriormente llamó a su
hijo Nicolás.

Paso a paso, se fue construyendo el mito alrededor de Ezequiel. Es como el
humo, decían algunos. Hasta ahora no han podido atraparlo. Las balas que le
disparan no lo tocan. Dicen que está protegido por un escapulario de la
Virgen del Carmen. Hay quienes comentan que se hace invisible
transformándose en árbol o insecto, con una oración.

Tratando de impedir la ascendencia en la mitología popular, Ezequiel es
juzgado por traición y hecho prisionero. Su traslado desde la Villa de San
Luis de Cura hasta los calabozos del Castillo De San Carlos en Maracaibo,
se transforma en un show conocido con el nombre de “El Prisionero del Burro
Mocho”: Ezequiel fue amarrado y montado sobre un burro para que toda la
población de los pueblos que atravesarán en el recorrido pudieran verlo y
burlarse de él.

El mito se acrecienta….Ezequiel se fugó…..En Maracay, Biviana, la madre de
su hijo logró ayudarlo a escaparse, distrayendo a sus carceleros.

Pero, lejos de agradecer a la indiecita por el favor recibido, procedió a
casarse con Estefanía Falcón, una viuda adinerada y además!!hermana de Juan
Crisóstomo Falcón!!  Y con este enlace nupcial, se despierta, en Ezequiel,
el gusto por la tenencia de esclavos. Ahora era el amo de Juana, que fue su
sierva y de 36 años; de Nieves, su sierva de buena salud de la misma edad
“valorada según tarifa en 300 pesos”; y de Francisco María Castillo,
manumiso de 7 años y de Candelario de 16, también manumiso, Bonifacio, de
15 años, Rafaela de 5, y Jacinto, mayor de 15. Su ideal de Hombres Libres
….. ahora es reducido a  “Con mis esclavos no se metan”.

La batalla histórica de Ezequiel se dio en Santa Inés, lo que más le
gustaba para su ego narcisista, era El Himno ¡Oligarcas Temblad! Sobre todo
en la estrofa: La espada redentora / del General Zamora/ confunde al
enemigo / de la revolución.

¡Oligarcas Temblad / Viva la Libertad!

Las tropas de Ezequiel / al toque del clarín / derrotan las brigadas / del
godo mandarin.

Después de ganar su épica batalla, Ezequiel se propone llevar la revolución
al corazón del poder político en Caracas. Pero, pasó por alto la
conspiración de Juan Crisóstomo Falcón, Antonio Guzmán Blanco y Rodolfo
Calderón que terminó con su asesinato en San Carlos Cojedes, el 10 de enero
de 1860.

La historia oficial sobre los culpables, depende de quien la cuenta: Para
unos el autor del disparo fue Guzmán Blanco. Para otros fue el sargento
Morón y por ultimo algunos agregan que fue el zambo Telésforo Santamaría.
No es de dudar que al final le echen el muerto al negrito.

Con el paso del tiempo, han surgido voces que pretenden revivir el mito
zamorano señalando que es “Una de las Tres Raíces”…..será porque a Ezequiel
“le gustaba enterrar la yuca”. “Zamora Vive” dicen otros…..pero no dan la
dirección exacta en donde esta ¿En los Teques o en el Panteón Nacional?
“Zamora es socialista”….pero le gusta tener esclavos, rodearse de bandidos
sanguinarios y asaltar los pueblos.

Por último, Ezequiel debe estarse revolcando en su tumba desconocida, al
escuchar hablar de Revolución Federal a gobernantes totalitarios……Tierra y
Libertad ….y expropian hatos y fincas……Hombres Libres y tienen las cárceles
llenas de presos políticos…..no me jodan. Si vuelvo a nacer, me rebelo
contra esos farsantes revolucionarios del siglo XXI.




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