viernes, 21 de febrero de 2014

EL CIELO POR ASALTO
Jesús Elorza

Todos los presentes en la funeraria, fueron sorprendidos cuando uno de los milicianos se acercó al féretro que contenía los restos mortales del camarada Montoya, sacó de su morral una ametralladora y varias cacerinas para colocarlas como una ofrenda encima del ataúd. Luego, con profunda reverencia, dijo en voz alta: Pana, aquí te dejo este hierro, por si San Pedro se pone popy (comico) y no te deja entrar al cielo….plomo con ese oligarca.
El estupor de los presentes no se hizo esperar. Monseñor Moronta, no dejaba de persignarse y repetir “Perdónalo Señor porque no sabe lo que hace”. Seguidamente un grupo de sacerdotes revolucionarios respondían “Te lo pedimos Señor”
En ese mar de confusiones, el oferente bélico, muy calmadamente justificó su conducta al señalar que no estaba haciendo o diciendo  nada distinto a lo escrito por Marx a su pana Kugelman en Abril de 1871 para referirse a los acontecimientos revolucionarios de la Comuna de Paris. Así me lo enseñaron en mis clases de pensamiento único en la universidad bolivariana y en las horas de adoctrinamiento impartidas por los comisarios políticos de los colectivos.
No me causan extrañeza los curitas que dicen acompañarnos y al final resultan ser de la derecha endógena, dijo el miliciano con cara de filósofo pero sin dejar de manosear su AK-47…..por si alguien en la funeraria se ponía bruto.
Otro de sus compañeros, le acerco un megáfono, para que su filosófica disertación pudiese ser escuchada por todos los presentes. Conquistar, el cielo por asalto, es apoderarse del poder de la sociedad burguesa, es ponerlo en manos del proletariado y, desde ahí, partir en busca de una sociedad más justa, sin desigualdades. Como la esencia del capitalismo es la desigualdad, tomar el cielo por asalto es quebrar su lógica y trastrocarla por otra que proponga la igualdad entre los hombres. La política, la jurídica y la económica. “El cielo” es la sociedad capitalista.
Ahora, que el camarada Montoya genuino representante de los colectivos armados revolucionarios, inicia su recorrido celestial, es nuestro deber suministrarle los elementos materiales para que su viaje tenga un final feliz. Al cielo, también se le dice Patria. Seguro estoy que el Comandante Eterno y la Comandanta Lina están esperándolo para incorporarse a paso de vencedores a esta batalla celestial.
Tomar “el cielo por asalto” es adueñarse de él. Hacerlo propio. Ahora, el cielo es nuestro. De quienes hemos vivido casi en el infierno o, sin más, en él. Se nos hacía difícil pensar que esto podía ocurrir. Siempre nos parecieron demasiado poderosos los dueños del cielo. Siempre nos enseñaron que era de ellos, que les pertenecía por derecho divino o por linaje histórico.
Camarada, le interrumpió uno de sus acompañantes, usted esta sugiriendo que nos suicidemos para formar parte de ese ejercito de espíritus que asaltará el cielo.
- Ni de vaina, dijo el filosofo miliciano,  tu estas loco o fumao…que los que se han ido resuelvan su peo…aquí la vaina esta muy buena para irse,  Además, las fuerzas espirituales  de la oposición son mayoría.
¿No entiendo, camarada?
- Bueno, de que lado crees tú que van a estar, las 150.000 victimas de la violencia que hemos generado en 15 años de gobierno.
Coño camarada tiene toda la razón, creo que debemos meterle mas armas a esa urna para poder asaltar el cielo, sino estamos ponchaos y lo que nos sale es la quinta paila del infierno.

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