EL NEGRO VIÑA
Jesús Elorza
A primeras horas de la mañana del día 31 de Julio, leo en uno de los mensajes de texto que el amigo y compañero Domingo Eduardo Viña había muerto. Ante el impacto de la noticia, se atropellan en mi mente múltiples recuerdos de la hermandad que construimos y solidificamos a través del tiempo en distintas facetas de la actividad deportiva.
El Negro Viña como solíamos llamarlo destacó en el campo del periodismo deportivo. Su columna “Que Bolas, parece un Strike” semanalmente era leída por miles de personas vinculadas directa o indirectamente al mundo de los deportes, por que en ella se hacían constantemente análisis y denuncias sobre los problemas del sector. Además, incursionó ene le campo de la literatura y nos brindó un trabajo en donde combinaba magistralmente la crónica y el ensayo. En el “Drama de Ernesto Jackson en Buenos Aires” nos presentó una síntesis fabulada de un pugilista venezolano que perdió la vida a consecuencia de un terrible nocaut en combate realizado en la capital sureña. Los hechos y personajes son presentados en el marco de una historia novelada donde el autor también fue protagonista.
Su obra es sin lugar a duda una denuncia sobre el sórdido mundo de la explotación que los inescrupulosos empresarios hacen del oficio de los boxeadores profesionales. Viña, vivió acompaño a Jackson por estar exiliado en Argentina en la misma época. El cierre de la Universidad en 1951por parte de la dictadura militar lo obligó a irse al exterior para continuar sus estudios.
En el campo de la dirigencia deportiva ocupo los más altos cargos, llegando a ser Presidente del Instituto Nacional de Deportes. El día de su juramentación, dejo muy en claro su condición de docente deportivo afiliado al Colegio de Entrenadores Deportivos de Venezuela. “Soy miembro activo de el CEDV y lo seguiré siendo como presidente del IND.
Fiel a su palabra y a su conciencia, en su desempeño hizo realidad el Estudio de Factibilidad para La Creación del Instituto Universitario del Deporte como un reconocimiento a la desaparecida Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos. Argumentaba que era necesario su rescate para poder emprender el desarrollo del deporte en todo el país. El cierre de esta institución a partir de 1975 fue uno de los errores mas grandes que se han cometido en la historia del deporte nacional. Debemos darle rango universitario a la formación de los entrenadores por que así lo exige la Ley de Educación y el deporte en Venezuela
Dignificó la carrera de los docentes deportivos al servicio del IND, la Convención Colectiva de Trabajo aprobada durante su gestión, además, de alcanzar la indexación salarial contemplo significativos alcances en la seguridad social de los trabajadores activos y jubilados que fueron homologados en la totalidad de las cláusulas contractuales.
Su desempeño profesional y gremial en el Colegio Nacional de Periodistas, en la Oficina Central de Información, en la Escuela de Formación de Oficiales de la Guardia Nacional y la Universidad Metropolitana fue acorde con los principios de la Solidaridad Democrática.
Seguiré pensando en él como sin duda el lo hubiese querido, con la alegría entrañable de haberlo conocido y haber compartido en las lides gremiales y deportivas….su permanente conducta solidaria hace su recuerdo indestructible.
PAZ A SUS RESTOS
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