19 abril 1810-2025
Jesús Elorza
En la sala del
Cabildo Municipal de Caracas, el 19 de abril de 1810 se registró, mediante un
acta, el testimonio histórico del movimiento revolucionario emancipador de
Venezuela. Aunque no es propiamente un acta de la independencia, pues esta no
será declarada jurídicamente hasta el 5 de julio de 1811.
Desde entonces, el
19 de abril se ha convertido en una fecha emblemática en la historia de
Venezuela. Una de las escuelas del país, fiel a la tradición, decidió montar un
escenario que reviviera ese momento histórico. Para ello, el cuerpo directivo
del centro escolar descargó la responsabilidad en los estudiantes del último
año del nivel básico.
Durante los
múltiples ensayos, los muchachos intercambiaban opinión sobre el montaje de la
representación y entre una y otra discusión llegaron al acuerdo general de
darle un contenido que permitiera mezclar lo figurativo de 1810 con la realidad
venezolana del año 2025. Argumentaban, los estudiantes que si el pueblo concentrado,
en esa fecha, frente al cabildo en un acto de rebeldía revocó el mandato de
Vicente Emparan, capitán general de Venezuela, y fundó la Junta Suprema de
Caracas, la primera forma de autogobierno de Venezuela que dio paso a un nuevo
gobierno, que buscaba satisfacer demandas de una mayor participación política y
libertades económicas, abriendo el camino que llevó a la declaración de la
independencia absoluta de España, acontecimiento que ocurrió unos meses más
adelante: el 5 de julio de 1811.
Afirmaban los
estudiantes en su continuo disertar que, necesario es, para que la obra que van
a montar tenga una verdadera connotación con el sentir contemporáneo de la
población, mezclarla con la crisis humanitaria compleja por la cual atraviesa
el país. Al final, todos llegaron a un acuerdo sobre integrar el pasado
histórico con la realidad actual para trasmitir un mensaje de esperanza por un
futuro mejor.
Los días previos, a
la obra fueron de extremo secretismo para que nadie tuviese ningún tipo de
información sobre el contenido. El 19 de abril, el teatro estaba full; padres,
representantes, maestros, estudiantes e invitados colmaban los espacios.
Al abrirse el telón
y ver sobre el escenario a los integrantes del cabildo de esa histórica fecha,
el asombro de las personas presentes fue inmediato:
Una voz señorial,
hace del conocimiento a los presentes que, el Acta del 19 de abril de 1810, da
fe de que han cesado en sus funciones las personas que hasta entonces habían
ejercido el mando en Venezuela: el gobernador y capitán general Vicente de
Emparan, el intendente de Ejército y Real Hacienda Vicente Basadre, el regente
y demás miembros de la Real Audiencia, junto con otros altos funcionarios
civiles y militares españoles. El poder político queda en manos del Cabildo o Ayuntamiento
caraqueño el cual, ampliado con representantes del clero y del pueblo, entre
estos los “pardos”, forma ya «un nuevo gobierno», como se expresa en el acta.
Acto seguido, José
Tomas Santana, secretario del Cabildo, da lectura al Acta y al finalizar llama
a los miembros de la nueva Junta de Gobierno para que la firmen y es en este
momento cuando el realismo mágico de los estudiantes protagonistas de la obra
aflora con toda su fuerza, mezclando en una misma expresión el pasado con el
presente.
El estudiante que
representa a Juan Germán Roscio, entra al escenario para firmar el acta
cargando una bombona de gas para representar la grave situación por la cual
atraviesa el pueblo en busca de este insumo.
El padre José
Cortés Madariaga, se presenta con una vela en sus manos indicando que ella
representa la luz actual con la cual se alumbran los hogares por los continuos
apagones.
El público en
general pasó de su asombro a una solidaridad total con los actores por estar
reflejando la situación de emergencia humanitaria que durante más de dos
décadas afecta al país. Los aplausos inundaron el teatro.
José Félix Ribas,
se presentó todo sudoroso y con una garrafa en sus manos, explicando que anda
en busca de gasolina para su carro y no la consigue por ningún lado.
Martin Tovar Ponte,
entró con un camello, para representar el desierto que está atravesando por la
falta de agua.
Lino de Clemente,
no subió al escenario; caminó entre el público vendiendo números para una rifa
con la finalidad de poder comprar unas medicinas que necesita y no le alcanzan
los reales para comprarlas. Los números se agotaron en menos de dos minutos.
Nicolás Anzola, al
momento de firmar el acta, dijo en voz alta que aspiraba que lo próximo que
firmara sea el Contrato Colectivo que el gobierno y las empresas tienen
paralizados desde hace más de tres años.
Fernando Key Muñoz,
dejó constancia en el acta que el gobierno se apropia indebidamente de los
aportes a las Cajas de Ahorro provocando su quiebra.
El reclamo de
salarios, pensiones y jubilaciones acordes con el Art 91 de la Constitución
también fueron expresiones de los firmantes.
Al final, público y
actores a una sola voz se hicieron solidarios con el Acta de Independencia al
exigir la Libertad de los Presos Políticos y al igual que en 1810, luchar por
alcanzar una sociedad mejor.
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