La masacre de San Jacinto
Jesús Elorza
El pasado 29 de
julio, en la ciudad de Maracay cientos de personas salieron a la calle para
expresar su solidaridad con el Presidente Electo Edmundo González Urrutia y su
rechazo a los fraudulentos anuncios hechos por Elvis Amoroso del CNE en donde
señalaba como ganador a su camarada Nicolas Maduro, hecho este que provoco el
universal rechazo en todos los rincones del mundo.
Sobrado y
constitucional derecho tenían los ciudadanos de salir pacíficamente a la calle
a exigir la transparencia en el conteo de los votos con el respaldo de la
presentación de las actas. Toda persona que de una u otra forma participo de
ese proceso, incluyendo a los del gobierno, estaban conscientes de los
resultados que progresivamente iban dando los resultados de las mesas escrutadas
y que reflejaba una clara y contundente victoria de Edmundo.
Al ver esa
avalancha de votos en contra de su camarada candidato a la reelección, Amoroso
apela a la mentira y anuncia que los sistemas del CNE fueron hackeados y
sacando un papelito de uno de sus bolsillos anuncia unos resultados que dan
como ganador a su camarada. No es necesario aclarar que dicha formulación
numérica careció por completo del respaldo de las actas y a todas luces era un
fraude electoral.
A l día siguiente,
no se hizo esperar el reclamo de los ciudadanos por el respeto a su derecho
constitucional de elegir y el respeto a la expresión democrática reflejada y
soportada por las actas de los resultados. De manera pacífica cientos de
aragüeños salieron a la calle y se concentraron con sus banderas y consignas en
los alrededores de la redoma de San Jacinto en Maracay.
El gobierno
regional y nacional de inmediato ordenaron reprimir a los manifestantes y, la
guardia nacional, la policía bolivariana y los colectivos armados salieron a
cumplir con su trabajo y de manera salvaje dieron paso a una brutal y
sangrienta represión que dejó como saldo 7 personas muertas y más de 100
detenidos hecho este que la organización “Programa venezolano de Educación
Acción en Derechos Humanos PROVEA” no dudó en calificar como La Masacre de San
Jacinto.
Esa arremetida
violenta con la intención de atemorizar y acallar a la protesta ciudadano
también fue acompañada por las irresponsables declaraciones del Comandante de
la ZODI Aragua Ángel Balestini y el Fiscal General de la Republica Tareck
William Saab quienes declararon a los medios diciendo uno que, “los
manifestantes pretendieron ingresar al cuartel de la 42 Brigada de Infantería
Paracaidista ubicada frente a la redoma de San Jacinto” y, el otro que, “eso de
heridos y muertos es falso porque él no ha recibido ninguna denuncia
relacionada con eso y afirmo en una rueda de prensa que el 70 % de las personas
fallecidas en las protestas habían sido asesinadas por los grupos
delincuenciales descartando las responsabilidades de civiles o militares o
policiales vinculados al estado. Además, en otros hechos ocurridos en la ciudad
capital, se le ocurrió afirmar que algunos manifestantes "usaron salsa de
tomate para similar un hecho punible"
Rances Izarra
(30), Anthony José Moya Mantía (20), Jesús Gregorio Tovar Perdomo (21), Jesús
Ramón Medina Perdomo (56), Gabriel Ramos (33), Andrés Alfonzo Ramírez Castillo
(36) y el Sargento Primero de la Guardia Nacional Bolivariana José Antonio
Torrents Blanca (26) asesinados en la manifestación representan el doloroso y
trágico desmentido a las autoridades que pretenden ocultar sus
responsabilidades en los sangrientos hechos ocurridos en La Masacre de San
Jacinto.
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