CRIPTOFRAUDE EN LOS DEPORTES
Jesús Elorza
El
mundo de los deportes se ve sacudido por los nuevos patrocinantes ¨las firmas o
empresas de criptomonedas”. Hace años, en la Formula 1, los monoplazas de
Ferrari volaban con la marca de tabaco Marlboro inscrita en su alerón trasero.
En el caso del piloto socialista bolivariano, el emblema era el de PDVSA y en
el caso de equipos de futbol resaltaban las tres rayas de Adidas o la figura
del Puma. Ahora comienza a mostrarse la cabeza de un nuevo monstruo que está
invirtiendo agresivamente en los deportes con más seguidores. Se comprobó en el
último Super Bowl, la retransmisión deportiva por excelencia en EE UU y también
la más cara para los anunciantes, donde la plataforma estadounidense de compra
y venta de criptomonedas, Coinbase, pagó por un minuto de espacio casi 14
millones de dólares.
Los
ejemplos de compañías de criptoactivos que tratan de asociar su imagen al
deporte son muchos. El antiguo Staples Center, donde juegan Los Angeles Lakers,
será el Crypto.com Arena durante al menos 20 años a cambio de 700 millones de
dólares. Rebautizar la cancha de los Miami Heat fue más económico; por 135
millones pasó de American Airlines Arena a llamarse FTX Arena los próximos 19
años. La compañía FTX, empresa para el negocio de las criptomonedas, con sede
en Las Bahamas y operaciones de un volumen de intercambio de aproximadamente
10.000 millones de dólares, cuenta en este momento con más de un millón de
usuarios.
El
establecimiento y crecimiento de este nuevo y lucrativo negocio tiende a estar
presente en los deportes con mayor rentabilidad económica. Por ejemplo, la
camiseta del Inter de Milán lleva un mensaje de Socios.com, que se está
expandiendo a muchos otros clubes. Y Crypto.com patrocinará el Mundial de Qatar.
En el automovilismo, la mayoría de las escuderías de F1 cuentan entre sus
patrocinadores a plataformas como Crypto.com, Socios.com, Binance, FTX o
Fantom.
En
otros deportes hemos visto como la firma austriaca Bitpanda patrocinó el Mutua
Madrid Open de tenis de este año y la Copa Davis de 2021. Varios equipos de
futbol de Primera han llegado a acuerdos con Chiliz, la dueña de Socios.com,
que también firmó con la UEFA y con La Liga de futbol española. Y el Baskonia
de baloncesto tiene como principal patrocinador a Bitci, una plataforma turca
que paga dos millones de euros por dar nombre al equipo y aparecer en la
camiseta una temporada.
En
este floreciente negocio, no todo es color de rosa. El incumplimiento de sus
contratos está generando desconfianza. El FC Barcelona firmó el 4 de noviembre
del año pasado un acuerdo con Ownix para lanzar una colección de arte digital/activos digitales NFT, pero canceló el acuerdo dos semanas después,
cuando detuvieron por fraude con criptomonedas a Moshe Hogeg, propietario del
club israelí Beitar, y vinculado a la plataforma de cripto. Más recientemente,
la Federación Española de Fútbol aplazó un acuerdo con la china Huobi —ahora
con sede en Gibraltar— hasta que aclare su situación legal. El equipo de F1
McLaren, los equipos de fútbol Sporting de Portugal y el Spezia italiano han
roto sus contratos por los impagos.
Frente
a la proliferación de reclamos y denuncias, las empresas buscaron el camino de
contratar personalidades, o como los llaman ahora “influncers”, en las que el
gran público confía para ganar respetabilidad y contrarrestar los mensajes
negativos que las asocian a fraudes, blanqueo y especulación. Por eso, la
plataforma Binance contrató a Andrés Iniesta para que publicara un tuit donde
decía que había elegido a Binance para iniciarse en el mundillo. ¿Su público
potencial? Más de 25 millones de seguidores, entre ellos jóvenes de menor
cultura financiera. Binance anunció un
acuerdo con Cristiano Ronaldo para lanzar colecciones de NFT que se podrán
comprar solo en su plataforma. El portugués tiene 459 millones de seguidores en
Instagram.
Las
entidades deportivas que se asocian a las criptomonedas afrontan grandes
riesgos. ¿Qué pasaría si la plataforma que las patrocinan se hunde y hace
desaparecer los ahorros de miles de pequeños inversores? La caída de Luna
(Terra), que solo tres meses antes de su quiebra firmó un acuerdo de patrocinio
con los Washington Nationals —parte de la MLB, la principal liga de béisbol de
EE UU—, muestra que esa no es una hipótesis descabellada.
Hasta
ahora, las criptomonedas se han convertido en una especie de trama piramidal
posmoderna; el mundo de las monedas virtuales en los deportes no ha pasado de
ser un “criptofraude”.
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