JORNADA LABORAL REVOLUCIONARIA
Jesús Elorza
¿Qué hago? ….. ¿Dónde está mi pajarito para que me ayude?
…..ese ingrato, tiene tiempo sin aparecerse a pesar de que le compre alpiste
importado.
-Reúnete, con el Negro Aristóbulo y Piñate tu Ministro
del Trabajo a ver qué solución encuentra, le sugirió Cilia.
Gracias mi amor, tú siempre atenta, así lo haré. Acto
seguido, convocó a los funcionarios a una reunión de urgencia en el palacio.
Después de largas horas de conversación, en las cuales
revisaron todos los escenarios posibles, llegaron a la conclusión de buscar una
propuesta revolucionaria que trascendiera al simple y repetitivo acto de
anunciar aumentos salariales.
¿Y qué tengo que hacer? Preguntó Nicolás.
¡¡¡¡No sabemos!!!...dijo el negro Aris apoyado por el
ministro. Pero si revisamos las tesis del camarada Carlos Marx, seguro
encontraremos una salida.
¿Y quién es ese señor?
Coño Nicolás, el que escribió El Capital, expresó algo
molesto Aristóbulo.
- Bueno léelo tú, porque yo, ahora que recuerdo y a pesar
de que me lo regalaron los camaradas cubanos no he ido más allá de leer el título,
ese libro me pareció muy fastidioso….muchas letras.
Tímidamente, el ministro del trabajo, reconoció que el había
ido un poco más allá ¡¡¡Leyó el índice!!!!....y más nada.
Estamos grave, dijeron todos al unísono…..vamos a
tomarnos un whisky para ver si aclaramos las ideas…..vale.
-En el tercer trago, Aristóbulo gritó ¡¡¡¡Ya está!!!....anunciemos
este Primero de Mayo “La
Jornada Laboral Revolucionaria”.
¿Eso qué significa?
Recuerden que la jornada de ocho horas hace referencia a la
reivindicación del movimiento obrero
por la reducción de la jornada laboral y
el establecimiento de las ocho horas de trabajo diarias o 40 horas a la semana,
también conocido como el movimiento por la jornada reducida,
que tuvo su origen en las penosas condiciones de trabajo de la Revolución Industrial en Gran Bretaña a
mediados del siglo XVIII. Tampoco debemos olvidar que desde 1810, Robert Owen
difundió la idea de que la calidad del trabajo de un obrero tiene una relación
directamente proporcional con la calidad de vida del mismo, por lo que para
cualificar la producción de cada obrero, es indispensable brindar mejoras en
las áreas de salarios, vivienda, higiene y educación; prohibir del trabajo
infantil y determinar una cantidad máxima de horas de trabajo, de diez horas y
media,[2]
para comenzar. Para 1817 formuló el objetivo de la jornada de ocho horas y
acuñó el lema de ocho horas de
trabajo, ocho horas para vivir, ocho horas de descanso.
Ok, dijo Nicolás, pero después de ese caletre que nos has tirado, dime
qué tiene eso que ver con tu propuesta de jornada revolucionaria.
- Están ciegos, lo tienen frente a sus narices. Las medidas que hemos
tomado de decretar como “No laborables” los días miércoles, jueves y viernes de
cada semana significan una reducción de las 40 horas semanales a 16. Es decir,
que le estamos dando al trabajador 24 horas semanales para mejorar su calidad
de vida y el descanso. Con eso camaradas, estamos superando al pana Marx y al clásico
Adam Smith.
Genial, gritó Piñate….brindemos….otro whisky.
- Y eso no es todo, interrumpió Nicolás. Si sumamos, a la jornada revolucionaria, el cronograma de
racionamiento eléctrico, la vaina se pone mejor.
Explícate por favor, señaló Aristóbulo.
Coño negro, te pegaron los palos. Si al lunes y martes le quitamos las
4 horas diarias de corte de luz….¡¡¡¡La jornada laboral queda reducida a 8
horas semanales!!! O sea, que los trabajadores tendrán 32 horas a la semana
para vivir y descansar…..qué más queréis Negrito…..trabajan ocho y cobran
cuarenta….entonces, no tenemos necesidad de anunciar aumentos de sueldo y
salarios
- Seguro, la oposición va a decir, que todo esto es
porque tú fuiste un reposero en el Metro de Caracas, ripostó el Ministro del
Trabajo.
No le pares bola a esa vaina Piñate, dejamos atrás a los
creadores del Socialismo Científico y al mayor exponente de la economía clásica
y seré recordado como el gobernante que logró reducir revolucionariamente la histórica
jornada laboral de las ocho horas….No podrán los capitalistas seguir robando a
los trabajadores a través de la plusvalía.
Este último concepto, no sé lo que significa pero, suena bonito y me lo
copie.
Brindemos.
El Negro y el ministro, abandonaron el palacio
confundidos en un solo abrazo y trastabillando. Con la lengua enredada,
producto de los palos, se decían uno al otro, que debían considerar seriamente
el proponer a Nicolás para el Premio
Nobel de Economía…..salud concañero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario