Pensionados y jubilados condenados a muerte
Jesús Elorza
La afirmación de que los
pensionados y jubilados en Venezuela están "condenados a muerte" por
la crisis económica de los últimos 25 años es una expresión muy fuerte que
refleja la extrema vulnerabilidad y las severas dificultades que este
grupo ha enfrentado. Si bien no se trata de una condena literal, la prolongada
crisis económica ha tenido consecuencias devastadoras para su calidad de vida,
acceso a necesidades básicas y salud. La tragedia que sufren los trabajadores
venezolanos a causa de una política de Estado que lo que ha hecho es generar
pobreza extrema a millones de ciudadanos por los miserables ingresos y el nulo
poder adquisitivo condena a muerte a los pensionados y jubilados.
No hay ninguna duda de
que el impacto es brutal para todos los sectores laborales del país, sin
capacidad para adquirir la canasta alimentaria calculada en 530 dólares
mensuales y mucho menos la canasta general de bienes y servicios (alimentos,
vivienda, vestido, salud, educación) que sobrepasa los 1.200 dólares.
Diferentes estudios en cifras por demás alarmantes, señalan que solo el 10%de
la población tiene ingresos para adquirirlas.
En este contexto, si la
situación es difícil para un trabajador activo cuyos ingresos mensuales en
promedio en el sector privado rondan los 200 dólares, más aún lo es en el
sector público, donde el monto de ingreso ronda los 125 dólares, pero hay que
hacer la salvedad de que en realidad el salario ha sido minimizado y sustituido
por los bonos, llámense de guerra, independencia, de Navidad, lo cual
constituye un fraude al concepto de salario establecido en la Constitución, y
contratos colectivos, hoy ilegalmente suspendidos.
Para los pensionados y
jubilados la tragedia es aún mayor al conducirles la política estatal a una
situación prácticamente de exterminio, al serles inaccesible un sistema de
salud básico, que evidencia las condiciones precarias extremas de un sector
laboral que supera los 6 millones de trabajadores inactivos (pensionados del
IVSS, jubilados de la administración pública, pensionados de la Misión Amor
Mayor).
Veamos en detalle la
actual composición de la población jubilada y pensionada y sus ingresos; los
pensionados, es decir, los 6 millones reciben una pensión mensual de 130
bolívares mensuales cuyo valor actual ante el dólar es de 1,36 dólares y un bono de guerra
económica de 42 dólares. Entretanto, los jubilados de la administración pública
reciben un monto por jubilación que varía según la deprimida escala salarial de
cada ministerio, que en promedio no sobrepasa los 50 dólares y un bono de
guerra económica aproximado de 92 dólares. Hay trabajadores de
gobernaciones y alcaldías cuyas jubilaciones registran solo 250 bolívares
mensuales, equivalente a 2,63 dólares.
Con estas irrisorias
cantidades como pensionados y jubilados no pueden aspirar a una vida digna,
algunos se ven obligados a regresar a la vida activa a pesar de las mermadas
condiciones físicas y otros perciben remesas de familiares. Sin medicinas, ni
comida, esta crítica situación equivale a una condena de muerte anticipada. El
gobierno ha congelado el aumento de salarios durante 3 años, asigna
discrecionalmente bonos en grandes campañas publicitarias-populistas, como el
de guerra económica entre otros y luego, los esquilma o recupera en el pago de
servicios borrón y cuenta nueva de la electricidad, el IVA al 16%, las
deducciones del SSO, Cantv, Hidrológicas, Transporte etc, reduciendo casi a
cero el ingreso de los trabajadores activos, pensionados o jubilados. Venezuela
está en el último lugar de América en materia salarial, aumentando la
desigualdad entre empleados públicos y privados.
En esta emergencia
humanitaria compleja: el hambre no da tregua. Comer en Venezuela sigue siendo
un lujo para millones. Venezuela se mantiene entre los 10 países con mayor
inflación de alimentos del mundo. En el primer semestre de este año, el
salario mínimo solo alcanza para cubrir el 0,28%
de la canasta alimentaria familiar. El 43% de la población enfrenta
inseguridad alimentaria sin acceso estable a suficientes alimentos de calidad. El 69,3% de la población no
tuvo acceso a servicios de salud. 11,2 millones de personas con enfermedades
graves (39,4%) no cuentan con garantías de atención médica, según la Plataforma
HumVenezuela, creada por la sociedad civil de Venezuela, para el monitoreo,
documentación y seguimiento de la Emergencia Humanitaria Compleja, 8 de cada 10
centros de salud públicos estaban inhabilitados para atender a la mayoría de la
población en Venezuela. Más del 75% del personal médico y de enfermería
capacitado ha abandonado los hospitales públicos. Esta grave situación, es
calificada como una emergencia humanitaria compleja donde los adultos mayores
son uno de los grupos más afectados. Se habla de un "estado de
exterminio" en términos de las condiciones de vida extremas que enfrentan
millones de ellos.
En
resumen, aunque la frase "condenados a muerte" es una hipérbole,
describe de manera cruda la desesperación y el riesgo vital al que la crisis
económica venezolana ha sometido a una gran parte de la población de la tercera
edad durante las últimas décadas.
En
relación a los trabajadores, da la impresión, por los salarios, pensiones y
jubilaciones de hambre que, el régimen con su consigna “Patria o Muerte” solo
presta atención a una parte de la misma.
Que clara explicación. Llana. Precisa. Contundente y veraz.
ResponderEliminar