martes, 23 de abril de 2024

 

La lucha de los entrenadores deportivos 

Jesús Elorza 

Primero de mayo, fecha significativa en todo el mundo porque en ella se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, en conmemoración de la sangrienta represión que sufrieran los obreros de la fábrica McCormick, durante varios días de abril y mayo de 1886, en la ciudad de Chicago durante las protestas por lograr el establecimiento de «ocho horas de trabajo, ocho de descanso y ocho horas de recreación». 

La fecha se escogió en honor a los «mártires de Chicago», un grupo de cinco sindicalistas estadounidenses que fueron condenados a muerte en 1886 durante una huelga que reclamaba la implementación de la jornada laboral de ocho horas. Estos obreros fueron acusados, sin prácticamente pruebas y en juicio muy cuestionado, de haber cometido un atentado contra policías. 

Con el transcurso del tiempo, la conmemoración de esta fecha se convirtió en una celebración tradicional, donde pone de manifiesto que la lucha por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores sigue vigente. 

En el caso venezolano, durante la gestión del régimen que se hace llamar socialista bolivariano del siglo XXI, caracterizado según sus representantes como un gobierno de «justicia social, de igualdad para los pobres, socialista, de democracia participativa y de inclusión social», en la práctica se observa todo lo contrario. 

Las manifestaciones de los trabajadores durante los últimos 25 años se han caracterizado por las denuncias contra un régimen represivo, autocrático y totalitario que pisotea los derechos laborales de los trabajadores. 

De manera sostenida, sindicatos, gremios, ONG y asociaciones han dado a conocer la paralización de las contrataciones colectivas, congelación del salario mínimo y del resto de la escala salarial, acumulación de deudas laborales, empeoramiento de las condiciones de trabajo y seguridad industrial, eliminación de los HCM, despidos injustificados, fraccionamiento y retraso en el pago de  bonos vacacionales, de las utilidades y aguinaldos, la proliferación de sindicatos paralelos,  la persecución y encarcelamiento de los dirigentes que pelean por las reivindicaciones laborales, la criminalización del derecho a la protesta, mandando a centenares de obreros a tribunales por reclamar tales abusos y chantajeando a miles con el despido si no se callan y aceptan tal arbitrariedad. 

En el caso de los entrenadores deportivos activos y jubilados del Instituto Nacional de Deporte (IND), es importante señalar que, a partir de 1999 hasta el presente año 2024, los regímenes de Chávez-Maduro han impuesto arbitrariamente una sistemática y progresiva política autocrática y totalitaria de desconocimiento de los derechos laborales de los entrenadores conseguidos a partir de 1975. Esa política se manifiesta de manera inequívoca en los siguientes hechos: 

     -Congelación de los contratos colectivos. A la fecha, son 25 años sin tener la posibilidad de presentar, discutir y aprobar con el IND un nuevo marco de relación laboral. 

     -Violación expresa de la Constitución y la Ley Orgánica del Trabajo al firmar un convenio con Cuba para la ilegal traída de 10.000 «entrenadores», estableciendo una discriminación salarial al remunerar a los extranjeros con pagos en divisas (1.500 $ mensuales) y en bolívares devaluados a los entrenadores criollos, pisoteando así el principio universal que establece «a igual trabajo igual salario». 

     -Los seguros HCM que, por su inexistencia o sus pírricas coberturas, prácticamente mantienen «condenados a muerte» a los trabajadores que necesiten ser atendidos por problemas de salud. 

     -Negativa permanente para aplicar la homologación de salarios, pensiones y jubilaciones. 

   -Los manuales clasificadores de cargos no son aplicados y los pasivos laborales duermen el sueño del burócrata en la larga espera de su cancelación. 

   -Apropiación indebida de los descuentos mensuales del 11% a los entrenadores como aporte a la Caja de Ahorros del IND, así como el 11% del aporte patronal. Esos aportes los retienen ilegalmente las autoridades del IND y hasta ahora se desconoce su destino. 

  -Bonificación, sin incidencia en los pasivos laborales, de los salarios, pensiones y jubilaciones de hambre, aprobados unilateralmente por el régimen.  

 

25 años de intolerancia patronal, de autoritarismo gubernamental, de condiciones leoninas de trabajo, de salarios de hambre, de ausencia de programas de protección social hacen necesaria la unidad en la lucha de los trabajadores del deporte por el logro de sus derechos laborales.  Hoy, más que nunca, tiene plena vigencia el pensamiento de Carlos Sánchez, que el 1º de mayo de 1975 dirigió la huelga de hambre de los entrenadores deportivos en su justa lucha y reclamo por mejores condiciones laborales y señaló que: 

«El entrenador deportivo debe ocupar permanentemente su puesto de lucha por un deporte mejor y no doblegarse ante ningún burócrata civil o militar que pretenda usarlo con fines politiqueros o de enriquecimiento ilícito. Solo la unidad gremial nos hará fuerte en la búsqueda y defensa de nuestros derechos sociales». 

La historia nos permite recordar que el pasado nunca ha terminado, sino que permanece abierto y que en él reposan aún las semillas de otro presente y otro porvenir…la lucha continúa. 

 

domingo, 14 de abril de 2024


Colombia nos volvió a joder 
Jesus Elorza  

Cuando finaliza un evento deportivo, nacional o internacional donde hayamos participado, la tertulia entre entrenadores, atletas y dirigentes siempre gira en torno a ese acontecimiento. En esta oportunidad, el tema de conversación era los recién finalizados “I Juegos Bolivarianos de la Juventud” celebrados en la ciudad de Sucre Bolivia del 4 al 14 de abril 2024. 

En el caso del ciclo olímpico Bolivariano, uno de los puntos principales para los análisis de los resultados ha sido el papel de la actuación frente a nuestro vecino país. En eta oportunidad de los juegos de la juventud, Colombia nos volvió a superar o a joder, como dice la expresión popular, como lo viene haciendo desde el año 2013, cuando logro desplazarnos del primer lugar en los Juegos Bolivarianos, luego de 48 años seguidos de supremacía venezolana en dicho evento deportivo. 

Luego de dos semanas de competencias, vimos como Colombia, con su destacada actuación, agranda el abismo con respecto a nuestro país al ocupar el primer lugar del medallero con un total de 179 medallas, de las cuales 73 fueron de Oro, 51 de Plata y 55 de Bronce quedando Venezuela desplazado al segundo lugar con: 63 oro, 48 plata y 46 bronce. 
Hay que destacar que la actuación meritoria de los jóvenes atletas que nos representaron en esa contienda y a su vez profundizar en el análisis de las causas que nos han impedido regresar al primer lugar de la contienda deportiva bolivariana. 

Más allá del cuadro de medallas, se hace necesario considerar la multiplicidad de factores que inciden en el estancamiento de nuestro deporte. Quizás los hechos más relevantes que han incidido en nuestro retroceso deportivo tengan que ver en primera instancia con, la suspensión de los Juegos Deportivos Nacionales por diez años consecutivos, lo que se tradujo en no poder tener de manera sistemática los relevos necesarios para ir atendiendo los distintos ciclos olímpicos. El abandono de las instalaciones deportivas nos ha dejado sin centros de entrenamiento que reúnan condiciones adecuadas para ello. La incertidumbre con respecto a los Programas Operativos hace que el trabajo del sector federado permanezca en una total incertidumbre y las autoridades solo se preocupan por violentar la autonomía del sector para controlar los procesos electorales y someter a los organismos directivos a jugar un papel de sumisión absoluta frente a ellos. El engaño permanente para la entrega de los pasajes aéreos necesarios para asistir a los eventos de preparación o clasificación que se realizan en el extranjero, las becas de hambre asignada a los atletas, la falta de comedores, la inseguridad social por la falta de seguros HCM para los deportistas, el engaño permanente con la asignación y pago de los viáticos, la inseguridad laboral de los entrenadores con salarios de hambre, la apropiación indebida de los aportes a su Caja de Ahorro y el no reconocimiento de sus derechos contractuales. La no homologación y pago de los pasivos laborales de los pensionados y jubilados del Instituto Nacional de Deporte y la contratación de “entrenadores cubanos. La diáspora de atletas y entrenadores generada por la crisis que hoy vive el país y que han conseguido poder trabajar y competir en otras latitudes. La solicitud irresponsable de sedes de eventos deportivos internacionales con el solo propósito de continuar con la malversación de los recursos económicos: El ejemplo más reciente “Los Juegos del ALBA” 
En segunda instancia hay que señalar a la corrupción en los manejos de los dineros públicos asignados al deporte. El destino de los recursos del Fondo Nacional del Deporte hasta este momento es desconocido, nadie entrega cuentas del manejo de esa cifra millonaria de bolívares. Las Selecciones Nacionales no tienen el apoyo necesario para sus concentraciones o intercambios. 

En tercera instancia, hay que señalar que frente a todo esto, las autoridades deportivas del régimen (Ministerio del Deporte, IND y COV) pretenden tapar sus errores, falta de programas y su desconocimiento de la materia deportiva solo con consignas demagógicas o populistas tales como: “Generación de Oro”, “Somos Potencia Deportiva” o “Venezuela se arregló”. Es el caso típico de los ineptos en el poder.
 
Superar esta tormenta perfecta de problemas para evitar que Colombia nos siga jodiendo, requiere un cambio de gobierno, planes y programas para restituir integralmente los Juegos Nacionales, un programa de Asistencia Social para los atletas y entrenadores, acabar el flagelo de la corrupción, fortalecer la autonomía del sector deportivo federado, recuperar nuestras instalaciones deportivas, una ley de deporte que limite la dualidad de cargos en las organizaciones, que elimine la reelección indefinida, que prohíba la elección de funcionarios públicos de libre nombramiento y remoción en la dirigencia deportiva, un acuerdo con el sector universitario para la formación de entrenadores, el manejo transparente del Fondo Nacional del Deporte, la descentralización del programa Deporte para Todos y un presupuesto acorde con las necesidades del sector.

A nuestros atletas y entrenadores el orgulloso reconocimiento por su sostenido esfuerzo que a pesar de las dificultades generadas por la ineptitud de las corruptas autoridades deportivas han logrado defender nuestros colores patrios en los eventos deportivos internacionales.