Día del Entrenador
50º
Aniversario
“Pasado y Presente”
Jesús Elorza
Durante la primera
semana del mes de mayo en 1975, la Huelga de los Entrenadores,
marcó un hito en la historia deportiva, no solamente nacional sino
internacional, porque era la primera manifestación, de ese tipo, que se daba en
el sector de los trabajadores del deporte a nivel mundial en procura
de reivindicaciones laborales negadas desde la creación del IND en
1949.
El "8 de mayo"
quedó establecido oficialmente como el “Día del Entrenador Deportivo”
en reconocimiento a la gesta que se había librado durante toda esa semana ya
que en esa fecha alcanzó la solución a las demandas laborales requeridas por
los entrenadores en ese momento.
Un viaje retrospectivo
hacia esa memoria que, no es solo obsesión sino conciencia social nos permite
precisar el justo reclamo que en ese momento hicieron los trabajadores del
deporte y los logros alcanzados después de una semana en huelga de hambre. En primer lugar, el
reconocimiento del derecho a de los entrenadores a
tener una contratación colectiva con el patrón del Instituto
Nacional de Deportes, la indexación salarial en base
a los índices inflacionarios que mostrara el Banco
Central de Venezuela, es decir, anualmente el
salario de los trabajadores del Instituto se iba a
mover de acuerdo a las escalas inflacionarias señaladas por el
mencionado Banco, esta cláusula pasó a ser un punto de referencia obligatorio
en los contratos colectivos de Venezuela.
También se
contempla la clasificación del personal, en unas escalas
previamente señaladas, en un
Manual de Clasificación de Cargos de los Entrenadores Deportivos
que se desempeñan en la Administración Pública Nacional. Este
manual es vital porque dio jerarquía a este sector laboral con fisonomía
propia en la administración pública venezolana.
La seguridad
social de los trabajadores se vio fortalecida con el
establecimiento de los seguros HCM, el
establecimiento de las cajas de ahorro con el
aporte del 12% y el aporte patronal del
12%, la denominación del salario
integral de los trabajadores, el
establecimiento de comisiones bipartitas y tripartitas para conocer
el caso de los despidos que se presentara en el Instituto
Nacional de Deportes
En
resumen, la huelga nacional de entrenadores deportivos fue, una manifestación
colectiva para exigir mejoras significativas en sus condiciones salariales,
laborales y de reconocimiento profesional por parte del Estado venezolano,
representado principalmente por el Instituto Nacional de Deportes.
Fue una muestra de la capacidad de organización del Colegio de Entrenadores
para luchar por sus derechos.
Mientras que en 1975 los entrenadores luchaban
por mejorar sus condiciones, hoy en día la lucha para la mayoría es por la subsistencia
básica en medio de una crisis económica que ha degradado severamente los
salarios, las condiciones de trabajo y la infraestructura deportiva.
Por lo tanto, la situación laboral
general para los entrenadores deportivos en Venezuela ha empeorado considerablemente
en comparación con la época de la huelga de 1975, principalmente debido al
colapso económico de la últimas dos décadas.
A partir de 1999 hasta el presente año
2025, los regímenes de Chávez-Maduro han impuesto
arbitrariamente una sistemática y progresiva política autocrática y totalitaria de desconocimiento de los derechos laborales de los entrenadores
conseguidos a partir de 1975. Esa política se
manifiesta de manera inequívoca en los siguientes hechos:
-Congelación de los contratos
colectivos. A la fecha, son 25 años sin
tener la posibilidad de presentar, discutir y aprobar con
el IND un nuevo marco de relación laboral.
-Violación
expresa de la Constitución y la Ley Orgánica del
Trabajo al firmar un convenio con Cuba para la ilegal
traída de 10.000 «entrenadores», estableciendo una discriminación
salarial al remunerar a los extranjeros con pagos en divisas (1.500 $
mensuales) y en bolívares devaluados a los entrenadores
criollos, pisoteando así el principio universal que establece «a igual trabajo
igual salario».
-Los seguros
HCM que, por su inexistencia o sus pírricas coberturas, prácticamente mantienen
«condenados a muerte» a los trabajadores que necesiten ser atendidos
por problemas de salud.
-Negativa
permanente para aplicar la homologación de salarios,
pensiones y jubilaciones.
-Los manuales
clasificadores de cargos no son aplicados
y los pasivos laborales duermen el sueño del burócrata
en la larga espera de su cancelación.
-Apropiación
indebida de los descuentos mensuales del 11%
a los entrenadores como aporte
a la Caja de Ahorros del IND, así como el 11% del
aporte patronal. Esos aportes los retienen ilegalmente las
autoridades del IND y hasta ahora se desconoce su destino.
-Bonificación,
sin incidencia
en los pasivos laborales, de los salarios,
pensiones y jubilaciones de hambre, aprobados unilateralmente por el
régimen.
26
años de intolerancia patronal, de autoritarismo
gubernamental, de condiciones
leoninas de trabajo, de salarios de hambre, de ausencia de programas de protección
social hacen necesaria la unidad
en la lucha de los trabajadores del deporte
por el logro de sus derechos laborales. Hoy, más
que nunca, tiene plena vigencia el pensamiento de Carlos Sánchez, señalando
que:
«El entrenador deportivo debe
ocupar permanentemente su puesto de lucha por un deporte mejor y
no doblegarse ante ningún burócrata civil o militar que pretenda usarlo con
fines politiqueros o de enriquecimiento ilícito. Solo la unidad
gremial nos hará fuerte en la búsqueda
y defensa de nuestros derechos sociales».
La historia nos
permite recordar que el pasado nunca ha terminado, sino que permanece abierto y
que en él reposan aún las semillas de otro presente y otro
porvenir…la lucha continúa.