La Comuna con rango universitario
Jesús Elorza
Con el objetivo de
impulsar el modelo de comunas y el poder popular enmarcado en el socialismo del
siglo XXI el gobierno da paso a la creación de la Universidad Bolivariana de
las Comunas (UBC) en Venezuela. Su sede principal está ubicada en San
Antonio de los Altos, estado Miranda, y ha sido presentada como un campus
moderno. Sin embargo, su modelo de funcionamiento busca la territorialización, lo que implica
tener sedes académicas y administrativas directamente en las comunas y
territorios donde el pueblo se organiza, funcionando como una red de engranaje
de conocimiento. Su misión principal está orientada al fortalecimiento
del Poder Popular y la construcción del socialismo comunal.
El concepto de
"Poder Popular" es un término que ha generado mucho debate y
diferentes interpretaciones, especialmente en el contexto de regímenes
políticos que lo adoptan como un pilar ideológico. En su esencia, el Poder
Popular se refiere a la idea de que el pueblo ejerce directamente la
soberanía y participa activamente en la toma de decisiones que afectan su
vida colectiva. Se busca que las comunidades organizadas, a través de diversas
formas (como consejos comunales, comunas, cooperativas, etc.), tengan un rol
protagónico en la planificación, ejecución y control de las políticas públicas,
el desarrollo local y la gestión de sus propios asuntos.
La Ley Orgánica del
Poder Popular en Venezuela lo define como "el ejercicio pleno de la
soberanía por parte del pueblo en lo político, económico, social, cultural,
ambiental, internacional, y en todo ámbito del desenvolvimiento y desarrollo de
la sociedad, a través de sus diversas y disímiles formas de organización, que
edifican el estado comunal".
En la teoría, el Poder
Popular a menudo se presenta como una profundización de la democracia, buscando
ir más allá de la democracia representativa tradicional hacia una democracia
participativa y protagónica. Se argumenta que, al empoderar a la ciudadanía
a nivel de base, se combate la burocracia, se descentraliza el poder y se
asegura que las decisiones respondan a las necesidades reales de la gente.
Sin embargo, en la
práctica, la implementación del Poder Popular ha sido objeto de críticas
importantes, especialmente en el contexto de gobiernos que han sido calificados
de autoritarios o que tienen una fuerte tendencia centralizadora, autoritaria y
represiva.
- Instrumentalización política:
Una de las principales críticas es que el Poder Popular, en lugar de ser
una expresión genuina de la voluntad popular, es instrumentalizado por
el Estado o el partido gobernante para movilizar apoyo, legitimar
decisiones tomadas desde arriba y marginar a la disidencia. Las
organizaciones de base (como los consejos comunales) pueden volverse
extensiones del aparato estatal o del partido oficialista, perdiendo su
autonomía.
- Centralización del poder:
A pesar de que el concepto busca descentralizar, algunos críticos
argumentan que, paradójicamente, puede llevar a una mayor concentración
del poder en la figura del líder o en una élite que controla las
estructuras del Poder Popular. Si las decisiones finales no emanan de la
base, sino que son dirigidas o supervisadas rígidamente por instancias
superiores del gobierno, el "Poder Popular" se convierte en una fachada.
- Erosión de la institucionalidad
democrática: En algunos casos, la promoción del
Poder Popular ha sido percibida como una forma de socavar las
instituciones democráticas tradicionales (como los partidos políticos,
los parlamentos y los poderes públicos) en favor de estructuras paralelas
que son más susceptibles al control del ejecutivo. Esto puede debilitar el
sistema de pesos y contrapesos.
- Falta de pluralismo:
Si el Poder Popular está fuertemente vinculado a una ideología o partido
político único, puede limitar el pluralismo y la diversidad de
opiniones dentro de las comunidades, lo que contradice el espíritu de una
democracia participativa genuina.
En definitiva, si bien el
concepto de Poder Popular, en su ideal, busca fortalecer la participación
ciudadana y la democracia directa, su aplicación concreta ha llevado a
interpretaciones y resultados muy diversos. La afirmación de que es un
basamento ideológico de regímenes autoritarios se sustenta en la preocupación
de que, en ciertos contextos, este concepto ha sido utilizado para legitimar
y consolidar el control del Estado o de un partido único sobre la sociedad,
en lugar de empoderar verdaderamente a los ciudadanos de manera autónoma y
plural. Múltiples son las experiencias de este modelo de “Poder Popular” allí
están los ejemplos de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba y
Nicaragua, los Soviets o Consejos de Obreros de la disuelta Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas o los Guardias Rojos de China. En nuestro caso, la
imposición del mal llamado poder popular ha pasado por los colectivos, los
Círculos Bolivarianos, las Milicias, los Consejos Comunales y las Comunas que, ahora tendrán rango universitario.