La lucha continúa (1999-2022)
Jesús Elorza
El 1º de mayo “Día
Internacional de los Trabajadores” guarda una particular significación para los
Entrenadores Deportivos de Venezuela, puesto que, en esa fecha en el año 1975,
se dió inicio a una huelga en procura de lograr una contratación colectiva que
regulara la relación laboral con el Instituto Nacional de Deporte. Esta acción
gremial marcó un hito en la historia deportiva, no solamente nacional sino
internacional, porque era la primera manifestación, de ese tipo, que se daba en
el sector de los trabajadores del deporte a nivel mundial. Una semana después,
el 8 de mayo, quedó establecido oficialmente como el “Día del Entrenador
Deportivo” en reconocimiento a la gesta que se había librado durante toda esa
semana y en esa fecha se alcanzó la solución a las demandas laborales
requeridas por los entrenadores en ese momento.
Los logros gremiales
alcanzados quedaron plasmados en el contrato colectivo denominado “Las Bases
Normativas” Las cláusulas de importancia contenidas en ese documento laboral
fueron múltiples y variadas. En primer lugar, el reconocimiento del derecho a
de los entrenadores a tener una contratación colectiva con el patrón del
Instituto Nacional de Deportes, la indexación salarial en base a los índices
inflacionarios que mostrara el Banco Central de Venezuela, es decir, anualmente
el salario de los trabajadores del Instituto se iba a mover de acuerdo a las
escalas inflacionarias señaladas por el mencionado Banco, esta cláusula pasó a
ser un punto de referencia obligatorio en los contratos colectivos de
Venezuela.
También se contempla la
clasificación del personal, en unas escalas previamente señaladas en un Manual
de Clasificación de Cargos de los Entrenadores Deportivos que se desempeñan en
la Administración Pública Nacional. Este manual es un elemento de vital
importancia porque le dio jerarquía a este sector laboral con una fisonomía
propia dentro de la administración pública venezolana. La seguridad social de
los trabajadores se vio fortalecida con el establecimiento de los seguros HCM,
el establecimiento de las cajas de ahorro con el aporte del 11% y el aporte
patronal del 11%, la denominación del salario integral de los trabajadores, el
establecimiento de comisiones bipartitas y tripartitas para conocer el caso de
los despidos que se presentara en el Instituto Nacional de Deportes.
Pero, a partir de 1999
hasta el presente año 2022, los regímenes de Chávez-Maduro han impuesto
arbitrariamente una sistemática y progresiva política de desconocimiento de los
Derechos Laborales de los Entrenadores conseguidos a partir de 1975. Esa
política anti-trabajador se manifiesta de manera inequívoca en los siguientes
hechos:
-Congelación de los contratos colectivos. A la fecha, son 23 años
sin tener la posibilidad de presentar, discutir y aprobar con el IND un nuevo
marco de relación laboral.
-Violación expresa de la Constitución y La Ley Orgánica
del Trabajo al firmar un convenio con Cuba para la ilegal tarida de 10.000
“entrenadores” estableciendo una discriminación salarial, al remunerar a los
extranjeros con pagos en divisas (1.500 $ mensuales) y en bolívares devaluados
a los entrenadores criollos. Pisoteando así, el principio universal que
establece “A igual trabajo igual salario”.
-Los seguros HCM que, por su inexistencia o sus
pírricas coberturas, prácticamente mantienen "condenados a muerte" a
los trabajadores que necesiten ser atendidos por problemas de salud.
-Negativa permanente para aplicar la homologación de
salarios, pensiones y jubilaciones.
- Los manuales clasificadores de cargos no son aplicados y
los pasivos laborales duermen el sueño del burócrata, en la larga espera de su
cancelación.
-Apropiación indebida de los descuentos mensuales del 11%
a los entrenadores como aporte a la Caja de Ahorros del IND así como el 11% del
aporte patronal. Esos aportes son retenidos ilegalmente, desde hace dos años,
por las autoridades del IND y hasta el momento se desconoce el destino de los
mismos.
-Bonificación de los salarios, pensiones y jubilaciones de
hambre, aprobados unilateralmente por el régimen.
Veinte y tres años de
intolerancia patronal, de autoritarismo gubernamental, de condiciones leoninas
de trabajo, de salarios de hambre, de ausencia de programas de protección
social hacen necesaria la unidad en la lucha de los trabajadores del deporte
por el logro de sus derechos laborales. Hoy, más que nunca tiene plena
vigencia el pensamiento de Carlos Sánchez, como una expresión de compromiso
social en las luchas gremiales:
“El
Entrenador Deportivo debe ocupar permanentemente su puesto de lucha
por Un Deporte Mejor y no doblegarse ante ningún burócrata civil o militar que
pretenda usarlo con fines politiqueros o de enriquecimiento ilícito. Solo la
Unidad Gremial nos hará fuerte en la búsqueda y defensa de nuestros Derechos
Sociales”
La historia, nos permite
recordar que el pasado no está nunca terminado, sino que permanece abierto y
que en él reposan aún las semillas de otro presente y otro porvenir…la lucha
continúa.