Jesús Elorza
En el informe de la organización Human Rigths Watch (HRW), el observatorio mundial que vela por la defensa de los derechos humanos, la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado) ha sido denunciada por ¨no haber cumplido plenamente¨ con su compromiso de llevar a cabo una tarea de supervisión de las condiciones laborales de los trabajadores que participan en la construcción de los distintos estadios que albergan la actual edición de La Copa Confederaciones 2017 y el próximo Mundial de Futbol 2018 en Rusia.
En el informe titulado ¨Tarjeta Roja¨ se destaca que 17 trabajadores han muerto durante la construcción de los estadios en las sedes de San Petesburgo, Kaliningrado, Rostov, Sochi y Ekaterinburgo. También, se advierte en el informe la falta de contratos que garanticen las relaciones laborales, los retrasos en el pago de los salarios y la falta de protección para la realización de algunos trabajos en condiciones meteorológicas extremas que se realizan en temperaturas ambientales de hasta 25 grados centígrados bajo cero.
La promesa de la FIFA de hacer de los Derechos Humanos una pieza central de sus operaciones, ha quedado en letra muerta. El gobierno de Putin, le cae a patadas a los DDHH, mientras el árbitro, que es la federación, mira hacia otro lado y no asume su papel de ser garante de la aplicación de las normas no solo deportivas sino también laborales de respeto a la condición humana.
También se denuncia en el referido informe la detención de uno de los observadores enviados por la organización HRW a Rusia para la supervisión de las condiciones de trabajo y la vigilancia, detenciones y represiones sobre los trabajadores para que no reporten los abusos a los cuales son sometidos diariamente. Jane Buchanan, directora asociada en Europa y Asia Central de HRW y responsable del documento titulado Tarjeta Roja, asegura que ´´la represión ejercida sobre los trabajadores sugiere que los responsables de garantizar adecuadas condiciones de trabajo tienen algo que ocultar. La transparencia es clave para cualquier protección seria de los derechos humanos¨
En mayo de 2016 la FIFA anunció que había establecido un sistema de vigilancia de común acuerdo con las autoridades rusas para supervisar las condiciones en las que se encontraban los trabajadores. Sin embargo, la organización mundial del futbol no ha dado repuesta a las situaciones denunciadas por el observatorio de HRW. Por el contrario, tanto el régimen como la FIFA han asumido lo que pudiera ser calificado como una Sociedad de Cómplices, en la cual, para ocultar los abusos del régimen de Putin al considerar y tratar a los trabajadores como serviles esclavos la federación se limita a no ver, no escuchar, no criticar solo participa de las ganancias económicas que produce el evento por los distintos negocios de comercialización.
En este despiadado juego, los equipos de Putin y la Federación le caen a patadas a los trabajadores que en este caso representan al balón…….frente al mundo a ambos equipos deberían sacarle tarjeta roja y expulsarlos.
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